La mosca
Ahora, y sin dilación, toca acometer la tan necesaria ampliación del Museo, ocupando la antigua Escuela de Bellas Artes y Oficios
Yo estuve en la Plaza de Colón. Bueno, no piensen mal. No acudí con rancio fervor patriótico ni vestido de rojo y gualda. Fue hace pocos años, y puede apreciar dos de las joyas más importantes de nuestra historia más antigua y de la cultura ... con mayúsculas. La Biblioteca y el Museo Arqueológico Nacional, este último haciendo esquina con la milla de oro de la elitista calle Serrano. Allí pude contemplar la joya de la cultura íbera (siglos V-IV aC). Perfectamente iluminada, en una urna de cristal de seguridad, se encontraba la Dama de Elche. Ah, también había una hormiga. Con su diminuto cuerpo, antenas minúsculas y sus seis patitas merodeaba a sus anchas por la historia del pueblo más nuestro.
Hace unos días escribía Manuel Vicent, en su columna de ‘El País’ (artículo La mariquita), que contemplando en el Museo del Prado «la figura vigorosa, arrogante y refinada del autorretrato de Alberto Durero, vio en el borde superior del cuadro una pequeña mariquita. Este coleóptero de caparazón alado rojo con pintas negras» se convirtió en su diminuto cicerone y le enseñó el cuadro en todo su esplendor y hasta el más mínimo detalle.
Nuestro Museo también tiene su insecto. Los expertos sólo se ponen de acuerdo en que es un díptero. Abeja, mosca o tábano, todo depende de los ojos más o menos avezados de nuestro conocimiento de entomología. Es una fíbula de oro y su figurado aleteo zumbón mueve el aire entre sarcófagos fenicios y estatuas romanas.
El Museo de Cádiz forma parte de los recuerdos de mi juventud. Allí mi padre trabajo como ordenanza durante muchos años. Él fue una de las personas que en 1980 recibieron con los brazos abiertos a la Dama de Cádiz. Conocí de primera mano la llegada de los Murillos de la Iglesia de Capuchinos. Asistí al traslado de los lienzos realizados por Francisco de Zurbarán para el Monasterio de la Cartuja de Santa María dela Defensión de Jerez. Todas ellas restauradas magistralmente por Don Manuel López Gil.
Según los datos de la Consejería de Cultura, nuestro Museo se encuentra entre los tres centros andaluces más visitados durante el primer trimestre de 2021, de entre los museos gestionados por la Junta de Andalucía. Igualmente ocupa el undécimo lugar en el ranking de los museos más recomendados de España. Entre los 15 primeros sólo hay dos andaluces, el Museo Arqueológico de Sevilla y el Museo de Cádiz. Contar con el espacio de la Casa de Pinillos para exposiciones temporales supuso un alivio para la necesidad imperiosa del Museo de Cádiz de mostrar parte de su legado y de poder llevar acabo novedosas exposiciones. Ahora, y sin dilación, toca acometer la tan necesaria ampliación del Museo, ocupando la antigua Escuela de Bellas Artes y Oficios, y así poder mostrar, a propios y extraños, las inmensas riquezas de las que el Museo y la ciudad de Cádiz pueden estar orgullosos. La mosca sobrevuela la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía reclamando un espacio más digno, la tienen zumbándoles los oídos.