La caña y el pez

Desde cualquier lugar se puede oler a piedra ostionera y saborear el regusto a algas secas cuando corre el viento del Sur

Antonio Ares

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Nadie en Cádiz vive a más de 500 metros de la mar. Desde cualquier lugar se puede oler a piedra ostionera y saborear el regusto a algas secas cuando corre el viento del Sur. Los días de Poniente, el frescor de entre castillos caleteros se ... filtra por las rendijas de ventanas y cierros. Con el Levante, el polverío jandeño se cuela por todos los rincones. Del Norte pelón dan buen crédito algunas calles que miran a la Alameda del Comillas. A pesar del aroma a salitre con el que nace el gaditano, aunque la gaditana nunca haya renegado de esa orilla que alinea un horizonte de azules, aquí se ha vivido siempre un poco de espaldas al mar.

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