Azul

Ese azul donde nació la vida puede inundar nuestra existencia si no ponemos fin a este despropósito medio ambiental en el que estamos instalados

Hacía unos meses que habían llegado a un grupo de islas, según algunos marineros más de mil, a las que llamaron Filipinas. Magallanes entabló una relación cordial con Humabon, Rey de Mactan. Éste le pidió que le ayudara con sus hombres para luchar contra el ... sanguinario Silapulapu. Allí encontró la muerte el capitán portugués de la expedición. Una flecha envenenada le atravesó la pierna por el lugar que no le cubría la coraza.

Tal día como hoy hace 500 años, la expedición más arriesgada y aventurera que ha realizado el hombre, se encontraba vagando por la Islas Molucas. Ya sólo quedaban dos naos, al mando de Espinoza y Elcano. Después de dos años de travesía, de haber perdido a su capitán, parte de la tripulación y tres embarcaciones, los que aún resistían habían aprendido, al nivel del mar, que la tierra era de color azul.

Se han cumplido 50 años desde que Yuri Gargarin, cosmonauta ruso, realizara el primer viaje tripulado al espacio, a bordo del Vostok-1. A más de 300 kilómetros de la superficie terrestre, con una duración de 108 minutos y después de orbitar nueve veces vio el azul. «Veo la superficie terrestre a través de la ventanilla. El cielo es negro, y rodeando la tierra, rodeando el horizonte hay una luz azul muy bonita que se oscurece a medida que se aleja de la superficie. Qué hermosa es la Tierra, es azul».

Ese azul donde nació la vida puede inundar nuestra existencia si no ponemos fin a este despropósito medio ambiental en el que estamos instalados. En junio pasado se ha publicado el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En más de 4.000 páginas, elaborado por cientos de expertos y con más de 15.000 referencias bibliográficas, está pendiente de ser aprobado por los 195 países miembros. El mismo dibuja un panorama azul casi negro. El límite establecido hace una década para evitar el calentamiento global para el siglo XXI fue de 2ºC, según la Organización Meteorológica Mundial ese techo se podrá superar en menos de 5 años. Lo peor del calentamiento ya está aquí y afectará mucho más a la vida de nuestros hijos y nietos que a las nuestras. Los datos son demoledores, de aquí a nada, centenares de millones de habitantes de las ciudades costeras del planeta se verán amenazados por inundaciones frecuentes, debido a la subida del nivel del mar. A los motivos que han producido las grandes migraciones, guerras, pobreza y hambre, hay que sumar, a partir de a hora, los relacionados con el cambio climático. Las sequías, ciclones, huracanes, incendios forestales, inundaciones y enfermedades transmisibles por mosquitos y otros invertebrados, serán cada vez más frecuentes a latitudes nunca antes vistas. Las conclusiones finales son demoledoras. Es inequívoco que la actividad humana ha calentado la atmósfera, el océano y la superficie terrestre. Estos cambios no han tenido precedente alguno en cientos de millones de años. Aunque hay consecuencias irreversibles todavía estamos a tiempo de poder enderezar esta debacle, pero tenemos que empezar ya.

Como la Covid-19 el cambio climático no conoce fronteras. No valen acciones individuales, como personas o como gobiernos. Tiene que ser la Humanidad la que tome las riendas. Si no el azul se convertirá en negro oscuro.

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