¿Por qué, Zeñó, por qué?

El encontronazo entre el Cabildo y las hermandades no es más que el enésimo capítulo de la disputa sobre quién manda en las cosas de la fe cuando luce el sol y cuando el cielo parece desplomarse sobre nuestras cabeza

Andrés G. Latorre

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Si mis cálculos, y mi cuenta de Youtube , no me engañan, se cumplen once años de ese momento que dio la vuelta a España. Una señora esperaba la salida de Clemencia , en Jerez . La lluvia impidió que la procesión ... saliera. Llena de rabia, y con sincera indignación, la buena mujer le cantó las cuarenta a su Dios. ¿ Por qué, Señor, por qué ? Como todo lo que huele andaluz tiene esa triste tendencia a la parodia y nosotros somos los suficientemente tristes como para aceptarla, se le colocó una zimpática z y una agudísima tilde a la exhortación a su Cristo para el común regocijo de la comunidad. Yo, como buen ventajista de lo mismo que denuncio, la he impuesto en el titular en un intento desesperado por llamar su atención ante mi escandalosa carencia de más recursos. Ruego me disculpen.

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