Y todos los romanos, a casa
Teresa Rodríguez, que tantas veces enarboló el 'Yankees, go home', se ha encontrado en los muros de la patria suya un gigantesco 'Romanes eunt domus'
La izquierda andaluza vuelve a sobresalir en lo que mejor sabe hacer: dividirse por un quítame allá esos capitales y dejar claro que las hojas les importan más que el bosque. Esta semana, a nuestra paisana Teresa Rodríguez le han hecho ... un ‘Quousque tandem abutere Catilina’ en el Parlamento de las infinitas llagas . A los nueve del patíbulo los echan del polítburo. Puede desahogarse con los discursos, pero cuando uno quiere fundar su reino, por muy madre de dragones que se autoproclame, debe preparase para la lluvia de piolets .
Supongo que a ustedes, como a mí, la función vivida esta semana en el Parlamento les habrá recordado a la celebérrima escena de ‘La Vida de Brian ’. El Frente Popular de Judea tenía claro que a los únicos que odiaba más que al pueblo romano era a los del Frente Judaico Popular. O lo que es lo mismo, Podemos e Izquierda Unida le han gritado un «¡disidente!» a Teresa que ha hecho temblar de risa al resto de grupos . Como en la película, los soldados de Vox, PSOE y PP han asistido con alborozo a cómo la izquierda más a la izquierda tiraba sus misiles tierra-aire en el camino de asalto a los cielos. Tenían experiencia, ya lo vieron antes en Madrid, Valencia y Galicia. Desde la distancia que da el periodismo local, da ora pena, ora pereza lo que sucede. Kichi se rasga las vestiduras al grito de «traición», pero no demasiado fuerte para no despertar a sus socios de Izquierda Unida.
En el otro lado del ring, las cosas no están mucho más tranquilas. La derecha, extendiéndose hasta donde su nombre se hace un poco más largo, anda inquieta porque el partido verde menos verde quiere pasar la factura por la comilona de bofetadas que se zampó su caudillo en la moción con menos emoción de la historia. Mientras los populares se marcan un San Pedro y niegan a los señores con los que comparten fotos y firmas , los ‘voxeros’ se sienten como novia despechada de culebrón y exigen su ramito de violetas para volver a la senda del acuerdo. Ya sabemos que es puro teatro y que las aguas, azuladas y anaranjadas, volverán a su cauce tras el programado desborde. Estas inundaciones siempre alegran el campo de votos .
No deja de ser curioso que Rodríguez, que tantas veces enarboló en su Rota natal el ‘Yankees, go home’, se haya encontrado en los muros de la patria suya pintado con letras rojas aquello de ‘Romanes eunt domus’ . Al igual que en la versión de los Monty Python, la expresión es confusa. Primero, porque en buen latín es ‘Romani ite domus’ y segundo, porque no deja claro quién de todos los que dicen llevar la auténtica toga, son los romanos. Aunque acierta con que todos, al final, se van a ir a casa .