Topolinos en el año de las tentaciones
Hemos pasado tantas cosas que, la verdad, ir en procesión a apegotonarse sin cumplir las distancias de seguridad por un helado me parece que tiene su punto de poesía
Si hay algo que resume bastante bien lo que es ser gaditano, que es la manera de estar en el mundo de quienes formamos parte de la Rapa Nui de sol y ostiones, fue la ciclópea cola que se convocó ante la puerta de ... Los Italianos . Como hordas de orcos ante Minas Tirith, decenas de gaditanos allí se plantaron ante el suculento reclamo de un cono con una bola de nata cubierto de chocolate al precio de 0 euros. Topolino o libertad. Helado o barbarie. Hasta el fresquito, siempre. Los mismos que con heroísmo habían aguantado dos, cuatro, seis semanas de estricto confinamiento domiciliario hace apenas un año se agolpaban ante el asombrado establecimiento como si regalaran, amén de la golosina, una vacuna de Pfizer .
Se cumple este fin de semana un año desde que el novio de España, el senescal Pedro Sánchez , salió en la tele diciendo que la cosa estaba muy mal y que se iba a poner peor. No les daré la turra con lo que vino a continuación porque ya se lo habrá encontrado hasta en la tapa del yogur. Quédate en casa es por tu bien, el número de contagios, la mascarilla, las fases, la desescalada, los de la banderita y las cacerolas, los cierres perimetrales, la segunda ola, más muertos, aquí no pasa nada, pocas vacunas, tercera ola, Juanma, ¿cuándo puedo ir a Málaga? Hemos pasado tantas cosas que, la verdad, ir en procesión a apegotonarse sin cumplir las distancias de seguridad por un helado (oiga Latorre, dígalo todo, ¡menudo helado!) en el aniversario de esta juerga de simones y ayusos, de llantos y amenazas, de gritones burros y asnales silencios me parece que tiene su punto de poesía .
Ya sabemos que uno puede resistirse a cualquier cosa menos a la tentación. No ha podido resistirse Kichi a proclamarse víctima y victorioso de todas las conjuras tras el fallo del Supremo por un quítame allá esas aguas. Tampoco Juancho se ha contenido de hacerse un Escarlata O’Hara y poner a Momo por testigo de que irá a Estrasburgo si hace falta por limpiar la honra y los barcos de Teófila y Romaní . No se ha resistido Iglesias a reivindicar a Paca, ‘la Piraña’ como ejemplo no sabemos muy bien de qué, ni Díaz Ayuso de demostrarnos que los mejores actores y actrices no estaban en su casa esperando el premio Goya. La tentación no vive arriba. Está a ras de suelo y, lo que es peor, al alcance de la mano. Que se lo digan al catedrático de la UCA, que no pudo resistirse a meterla. Así que para cerrar este año de tentaciones frustradas y patrañas cumplidas, pocas cosas más poéticas que un helado gratis .