Quillo, ¿te has enterado de que...?
Hasta hace unos meses, pensaba que lo más fuerte que podía contar en un año era que dos amigos se habían liado y que habíamos pillado a un profesor robando material
Hubo un año en mi vida, supongo que a todos los que tengan alma y más de 23 primaveras les habrá pasado, en que no paré de decir eso de «quillo, ¿te has enterado de que...?» seguido de alguna confesión escandalosa, chismosa o ... toxoplasmosa, que de todo había. Las confidencias, no les voy a engañar, no iban más lejos de que Lucas se había liado con Julia, de que El Gallego se había comprado un coche antes de sacarse el carné o de que, nos sentíamos los dioses de la información, cierto profesor de la facultad se llevaba los folios de la fotocopiadora a su casa. Un ‘Watergate’ de todo a veinte duros.
Hasta hace poco, estaba convencido de que, pese a trabajar de periodista, esos años no volverían, que la muletilla del «quillo, ¿te has enterado de que...?» ya no colgaría de mis labios como lo hacían los cigarros en los de Humprey Bogart . Pero me equivoqué. Llamé a Manolo, compañero de ABC de Sevilla, por un quítame allá esas publicidades y el salmo regresó. «Quillo, ¿te has enterado de que los del Trump han asaltado el Capitolio? Que sí, míralo, que no te estoy tomando el pelo» . Al otro lado del teléfono, la misma incredulidad que cuando decía que Sandra se había ido a vivir con Carmen, la que el padre es militar. « Trump ha estado animándolos a no dejarse acobardar y ahora han entrado en el Capitolio , han tenido que evacuar a los senadores; está ahora el edificio tomado por tíos disfrazados con pieles y cuernos». Manolo me respondió con un suspicaz «ya, ya» calcado a un «tequieyya, la Sandra con la Carmen» de hace veinte años .
Colgué el teléfono y me quedé pensando en la de veces que había pronunciado este año, cuando está a punto de caer el telón de acero de los 40 en mi biografía, la frase que da título a esta columna. Y lo increíble que volvía a resultar todo, peor que cuando la vida consistía en amar cada cara y no en temer cada cana. «Quillo –o quilla, si nos ocupamos del mar– te has enterado de que... está Madrid sepultada bajo la nieve , han pillado a Kichi en una terraza con otras once personas sin mascarilla, hay una cepa nueva aún más contagiosa y está en Gibraltar, ya han sacado la vacuna, Trump dice que ha habido fraude y que no se va, el rey Juan Carlos se ha pirado a Dubai, el Cádiz ha subido pero no se va a poder entrar en Carranza, que ahora hay que ir con mascarilla por la calle, de que se ha decretado el estado de alarma por un virus ‘to’ chungo y no podemos salir de casa...» Y yo que, hasta hace unos meses, pensaba que lo de Lucas, El Gallego y Sandra era lo más fuerte que podía contar en sólo un año.
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