La juguetera huelga
Las protestas del metal son un juego de niños comparadas con la seriedad de la huelga de juguetes convocada por el Ministerio de Consumo para hoy
El pasado jueves me llamó un jefe del periódico al despacho con el rostro serio. Supe solo por su tono de voz que algo grave se estaba cociendo. Cerró la puerta y me señaló la silla. No se anduvo por las ramas. «Este domingo hay ... algo gordo y vas a ir a cubrirlo. Te advierto de que es peligroso, supongo que sabrás de lo que te hablo». Mis peores temores se confirmaron. Algunos compañeros habían ido a cubrir hacía unos días la huelga del metal, cosa de niños. Ahora venía el plato fuerte. La convocatoria era firme, la había anunciado el propio ministro Garzón: este domingo, hoy mismo, h abía huelga de juguetes . Sólo puse una condición para tamaña empresa: que me acompañara el gran Antonio Vázquez . Quien tantas veces ha fotografiado el puente en llamas sería de gran ayuda ante los piquetes de los peluches.
Antes de la huelga estuve revisando el vídeo que publicó el Ministerio de Consumo y por el que aflojó 80.000 euros . El tono mitinero de los muñecos no invitaba al optimismo. Esas inflexiones ensayadas de voz, ese uso de palabras huecas ya se lo había escuchado a intelectuales de fuste como Olona , Ayuso , Díaz o Montero . O Espinosa de los Monteros , Casado , Sánchez y Monedero , si prefieren jugar con ellos.
Eran juguetes formados los que llamaban a la huelga. Como los trabajadores de astilleros en tantas ocasiones, los muñecos exigían más carga de trabajo. «Queremos jugar con el 100% de los niños y niñas, no con el 50%» , clamaba uno de sus líderes en un vibrante discurso que hubiera podido firmar cualquier alcalde o cualquier delegada de la Junta. Me estaba temiendo las barricadas de barriguitas, los piquetes de pictionaris, los esquiroles scalextrics . Me imaginé a la tanqueta de los antidisturbios apareciendo ufana y la reacción airada de los nenucos sobre cómo se conculcan los derechos de los currantes del Matel.
Así que aquí me tienen hoy, dispuesto a cubrir lo que suceda con una huelga que pretende acabar con el sexismo en los juguetes, una propuesta ambiciosa, pero vive Dios que para ser realistas hay que pedir lo imposible . Ya me han soplado que los lego se han ido amontonando y que los accesos están cortados, así que sólo se podrá entrar en el helicóptero de playmóbil, si respera los servicios mínimos. Esperemos que después de esta jornada todo haya cambiado y las niñas y niños sepan jugar como Dios manda, no dejándose llevar por sus caprichos y pidiendo a Reyes y papanoeles los juguetes adecuados, con ese criterio que hace sonreír a las administraciones que, adelantándose siempre a todos, nos han plantado un 28 de diciembre en este día 1 2.
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