Cartas de Patrick: ‘El apartamento de Mr Marshall’
Los que venían a Cádiz a cocerse se han dado la vuelta ante la crisis y el sector turístico se queda como los vecinos de Villar del Río
Durante los meses de julio y agosto, a modo de estival divertimento, la columna de opinión contendrá las impresiones de Patrick, inglés llegado hace un año a Cádiz para trabajar de profesor. Pese a sus anglicismos y lenguaje a veces forzado, he intentado respetar ... su prosa. Entre paréntesis irán mis acotaciones. Aquí están la primera , la segunda , la tercera y la cuarta de las cartas de Patrick. A continuación, la quinta.
Me aprendí en la Universidad la película de ‘Bienvenido Mr Marshall ’ (vaya parece que otras cosas no se las aprendió tan bien). Nunca supe cómo la película pudo pasar la censura del dictador (aquí Patrick, sin duda, utiliza el adjetivo de manera equivocada, ajeno a las nuevas denominaciones del antiguo jefe del Estado, más a la moda y más suaves) ya que retrata de manera magistral lo que era la sociedad de la época. Pienso que si sigue tan vigente hoy en día no sólo por el destornillante (¿se lo dicen ustedes o yo?) argumento, sino porque muestra un ser español que sigue vivo hoy en día. Y no sólo por ese pícaro empresario, símbolo de los políticos de toda Europa , sino, sobre todo, porque el turismo se ha convertido en ese Mr. Marshall salvador y mis paisanos en los indiferentes benefactores que deciden pasar de largo.
El cabreo de España, de Andalucía y de Cádiz –me emocionó ver el vídeo de la playa de Chipiona en Sky News– por la decisión de nuestro tramposo primer ministro es comprensible. Lo peor es que rogarle a uno de los impulsores del Brexit cordura es como pedirle a una comparsa mala que no vaya chillada (me maravillan las referencias que maneja, creo que Chari lo lleva por el buen camino). No importa que se hayan hecho bien los deberes, el más tonto de la clase siempre dirá que hemos copiado o, si no tiene argumentos, que tenemos gafas.
Me da pena la situación de Cádiz por el maldito virus, porque veo que en los últimos años ha apostado, o le han hecho apostar, demasiado al turismo y ahora, los que venían buscando cocerse en los dos sentidos, se dan la vuelta. En ‘La colmena’, Cela escribía una coplilla que decía «esgraciaíto aquel que come/ el pan por manita ajena,/ siempre mirando a la cara/ si la pone mala o buena» (realmente es un martinete, pero no le pidamos peras al Patrick). Cuando fías tanto al sector servicios, te puedes encontrar con estas sorpresas . Como decía la maravillosa Fran Kubelik en ‘The Apartamet’ (El Apartamento), «When you’re in love with a married man you shouldn’t wear mascara» (cuando te enamoras de un hombre casado, no debes ponerte maquillaje).