Carnaval, primos y malas noticias
Mi primo iba a venir a Cádiz para el 28F y me preguntó, con ingenuidad, que cómo estaba montado «el tema de las chirigotas». Y tema, había para rato...

Me llamó esta semana por teléfono mi primo Nicolás. Como ya habrá leído usted en alguna ocasión, madurar consiste en llamar por teléfono con la esperanza de que no te lo cojan. Yo, que soy algo más hosco, creo que la felicidad es ese lugar ... en el que nunca te llaman. Tras remolonear en el descuelgue más de lo que la familiaridad recomienda, desplacé con fastidio el icono verde del teléfono hacia arriba. Un movimiento de dedo, como en el circo romano, que te puede echar por tierra.
La peor de las noticias posibles sonó lenta en mi oído. La desgracia que me temía iba a cobrar forma. Nefandas sílabas que me hacen temblar aún cuando las escribo: «Oye, que bajamos para Carnaval». Ellos bajarían pero, qué he hecho yo para mercer esto, el bajón me iba a dar a mí. Me recompuse rápido, a la muerte, ya lo dijo Bernarda (la madre de Adela ) hay que mirarla cara a cara. «Claro, veníos y ya vemos lo que hacemos». La noticias que había leído en los periódicos le tenían bastante confuso. «¿Va a haber chirigotas?» preguntó con la ingenuidad del que llama chirigota a ese espacio comprendido entre el Ketama y el coro de Luis Rivero .
Respiré y traté de hacerle un resumen de la situación. «Lo primero, tienes que entender que el Carnaval es un movimiento popular independiente». A mi primo esto le sonó a anarquista y carraspeó grave. «Pero, ¿hay pregón? ¿No lo daba el de las comparsas?» «No, el pregón es en junio, pero lo da India Martínez –no sé si también le sonó a anarquista porque suspiró– . El de Quiñones será, depende de cómo estén las espículas, el año que viene». «Pero, ¿estarán cantando en la calle hasta tarde?» «A ver, se ha hablado con la Junta de Andalucía para que mire el tema de horarios. Ellos dicen que depende de los ayuntamientos y el ayuntamiento dice que hay restricciones. Le van a preguntar a los de los bares, que dicen que lo tienen que mirar». «Pero, ¿mirar el qué?» Yo, que conozco a mi primo como si fuera de la familia, ya lo notaba suspicaz. «A ver, Nico, que no es tan difícil, no hay nada oficial, pero en los foros se ha dicho que hay que tener buena voluntad, todos están hablando para ver cómo pueden coordinarse, caray (ya sabe usted que no dije caray) y están garantizados los servicios aunque aún no han explicado en qué consisten». «Primo, me estás tomando el pelo, ¿y si la cosa falla?» «Pues hay un teléfono para llamar al concejal mediador ». Crucifixión. Muerte. Y, de pronto, al tercer segundo, la gloriosa resurrección. «Mira primo, que para el puente nos vamos a Madrid, que ese carnaval lo tienen mejor montado».