Cabalgata de concejales y entrenadores

Siempre hemos pensado que ésta era una ciudad de pregones pero, con los ejemplos del PSOE y el Cádiz CF, resulta que lo somos de cabalgatas

Uno pensaba que después de lo del oso violinista (me lo imagino en el Polo Norte, sentado en un semiderretido iceberg, tocando una triste melodía) habría poco donde rascar en la actualidad gaditana. Que la rimbombancia de la actualidad que se pone en ... el foco de la chufla quedaría aparcada, como poco, un par de meses más. Pero, ay mísero de mí, ay infelice, Cádiz genera más frikidad de la que puede poner en una taza y parece dispuesta a ser una eterna cabalgata de osos y osas de curiosos pelajes.

En este repaso de cabalgatas de la semana vamos a pasar por alto el desfile porcino de las granjas y Garzón . Porque este pestazo, por una vez, no es de Cádiz, y porque aquí cada cual, por encima de la realidad, ya tiene sus reyes y pajes escogidos. Aunque sí vamos a reconocer que hay cosas que huelen peor que los purines, como es la eterna campaña electoral en la que vivimos. No se preocupe, esto no significa que no vayamos a comentar ese oso perjudicado que es la política, en la que el PSOE sigue con su peculiar cabalgata del humor (o del terror, según se mire) en la ciudad.

Con habilidad froilanesca, la formación ha vuelto a pegarse un tiro en el pie con una dimisión en bloque tan dramatizada como irrelevante. Como un artículo de opinión que se llena de gruesos vocablos pero que nadie lee, la dimisión de las tres quintas partes del grupo deja un sabor a inane en consonancia con lo que lleva siendo el grupo en Cádiz desde la llegada del primer Teofilato . Esta carroza, por mucho altavoz que quiera tener, no ha dejado rastro de papelillos más que en los plegados papeles de pocos periódicos.

En las redes sociales, Cádiz también ha vuelto a ser cabalgatera. Esta semana, los protagonistas han sido dos, uno épico y otro cómico y los dos tenían, de escenario, un estadio con dos nombres en función, como lo de Garzón , de quien lo llame. La carroza épica fue la de Álvaro Cervera , tratado por el gaditano medio como un ‘ dominator Hércules fundator ’ al que se le ha puesto una corona de rey mago que él mismo veía que era demasiado grande. En la parte cómica, el preguntante en una rueda de prensa que ha demostrado que, cuando de esta ciudad se trata, al oso lo pueden señalar aunque no se le vea.

Nos hemos engañado a nosotros mismos. Siempre hemos pensado que Cádiz era una ciudad de pregones pero, al final, resulta que lo somos de cabalgatas . Desfiles donde todos nos exponemos, donde se trata de hacer el mayor ruido posible, donde se renueva y se repite para figurar... pero que cuando pasan dos horas, todo queda en nada.

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