Bienvenido Mr. Miarma

Llevamos 30 años escuchando hablar de planes de industrialización pero seguimos siendo la tierra berlanguiana que espera con alegría a los visitantes del taco gordo y el morro fino

Este domingo todo se ha consumado y, casi todo, consumido. De fuera han llegado para que se queden los de dentro, acostumbrados a ganarse el pan a base de poner una bolsita de picos en la mesa de quien llega . No crean que ... ha sido nada fácil organizar el recoleto ‘ Bienvenido Mister Marshall ’ –alguno con guasa diría que es un ‘Bienvenido Mister Miarma’– en el que se ha convertido la provincia con este eterno proceso de desescalada y escalada que asemeja a nuestra sociedad a un gigantesco juego de la oca en el que hay que instalar y retirar el decorado con una velocidad que haría palidecer a los tramoyistas del Falla. Al año berlanguiano no le faltan ni los cándidos ni los verdugos.

Como ya sabrán ustedes, la llegada de Mister Marshall, o Mister/Lady Miarma, se ha preparado con mimo en cada ayuntamiento de la provincia. Por la cabeza de alguno de los asesores que jalonan las distintas administraciones pasó el convertir las plazas en escenarios típicos andaluces para así epatar más a los llegantes. El que tanto los pueblos como los propios visitantes ya fueran andaluces no era sino una ventaja que no debería ser tenida en cuenta a la hora de asignar fondos (con sus múltiples nombres y paternidades) a la empresa. Otros se propusieron atraer a los turistas con música y, a falta de poder anunciar a Lolita Sevilla, se han lanzado a una carrera por presentar el mejor festival del momento, con grupos que solo podrá usted ver (si el tiempo y el virus no lo impiden) si se desplaza al pueblo de al lado .

No ha faltado, seguimos siendo esas llanuras bélicas y páramos de asceta por donde cruza errante la sombra de don Luis, quien ha insistido en agasajar a nuestros benefactores con la clásica fuente de chorritos , sólo que adaptada a las necesidades del mundo Covid. Si el año pasado era el garantizar un hueco en el paraíso censitario de las playas, éste son los planes de promoción que, llenos de palabras bonitas, no vienen a decir nada más allá de términos como proximidad, implementación o digitalización. Como las fuentes de chorritos, parecer bonito sin hacer nada.

Este fin de semana hemos tenido la primera prueba con nuestros hermanos de Sevilla, Córdoba, Jaén, que nos preparará para cuando vengan los marshales por antonomasia, los del taco gordo y el morro fino que se están vacunando ahora para que no pinche nuestro sueño después . Y una vez más, en la tierra donde desde hace 30 años se suceden los planes de industrialización y de innovación, volveremos a salir a la calle, con la sonrisa bajo la mascarilla, a cantar lo de «inmunizados, os recibimos con alegría».

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