'Andalucilia'
...podemos observar concomitancias importantes entre Sicilia, Marsella y el este peninsular ibérico
Andalucía y Sicilia tienen un mismo origen, primero los fenicios y luego los griegos. Los fenicios eran comerciantes y los griegos también. Éstos fundan la Magna Grecia en el sur de la península italiana y Sicilia. A continuación, desembarcan en la península ibérica, provenientes de ... Marsella, antigua Massalia. Los griegos establecieron un sinfín de colonias al oeste del Hélade, con la finalidad de conseguir recursos, especialmente metales. La confluencia de griegos y fenicios, sientan las bases de la posterior Bética romana, quedando incorporada plenamente a la civilización occidental.
Si analizamos la secuencia temporal y territorial de la expansión colonizadora de entonces, podemos observar concomitancias importantes entre Sicilia, Marsella y el este peninsular ibérico. Sólo que, con el tiempo, éste último territorio, cuando los romanos y con la creación de la provincia Bética, adquiere auténtica relevancia, se equipara a los otros territorios. Territorios, por cierto, con muchas gentes de “mal vivir”. Todo hacía indicar ya por aquel entonces, puntos de encuentro y de desencuentro también, entre estos. Pero, con el transcurrir de los años, aparece la Garduña, que habría sido fundada en Toledo, allá por el 1442, como bandas incontroladas que extorsionaban, asaltaban y robaban las casas de musulmanes y los judíos, excusándose en colaborar con la Inquisición. Después, pronto en el tiempo, pasó a desarrollarse en Sevilla, hacia donde iban a parar las piedras preciosas, el oro y plata de la recién conquistada América, con el consiguiente auge de la industria de lujo, la banca y la criminalidad asociada a la riqueza. El personaje de Monipodio en la novela ejemplar de Cervantes, Rinconete y Cortadilo, estaba inspirado en un personaje real de aquel entonces. La Garduña, como asociación secreta, acabó operando en todo territorio imperial hispano, y, por ende, en la península Itálica. Quizás, es el punto de encuentro con la mafia siciliana y calabresa, lo que es corroborado por el naufragio en el siglo XV frente a las costas italianas de tres hermanos, caballeros españoles que huían de España (Osso, Mastrosso y Carcagnosso), fundadores legendarios de la Cosa Nostra, La Ndrangheta y la Camorra, respectivamente. Los tres eran miembros de la Garduña. Hoy, la mafia opera en Marsella y en Sicilia. Y en Andalucía, se ha dicho por el Juez en la Instrucción del caso ERE que se investigaba un “grupo u organización criminal”, figura delictiva acogida en el Código Penal, que criminaliza las asociaciones para cometer delitos. Fíjense que las relaciones son incesantes. El imperio romano funcionaba como una gran mafia institucionalizada, porque el poder político estaba corrompido y el diseño institucional, no solo lo permitía, sino que considera la corrupción como algo connatural a toda la estructura política imperante. En esta no existían restricciones para la aplicación de la ley del más fuerte y solo el clientelismo político, permitía la supervivencia de los débiles y pobres.
Lo expuesto nos sitúa ahora en plena Andalucía. La del “Régimen” de los cuarenta años. La que ha sido juzgada por corrupción (la sentencia invoca tanto el PSOE y la Junta de Andalucía). La que ha sido condenada con penas de prisión e inhabilitación. Y ello a pesar de las continuas obstrucciones, impedimentos, argucias y demás triquiñuelas legales durante la obstrucción, como quedó recogido en los miles de folios de la instrucción penal. Y aquí, la que fuera secretaria de organización del PSOE sevillano ya en 2010, la que se acostumbró a procesionar bajo palio desde San Telmo, miente una vez más, cuando alude a la colaboración de la Junta con S.S. la Juez Alaya. Es curioso este detalle obstruccionista, acogiéndose a la Ley del Silencio, sólo que ésta, en esta suerte de similitudes y concomitancias, es considerada como integrantes de uno de los llamados códigos de honor, constantemente utilizados por los mafiosos sicilianos, más conocido como la “omertá”.
Pero sobre la mentira se ha escrito casi todo. Entre otras cosas se ha dicho, que tiene las patas muy cortas y poco recorrido. Tan poco, que solo hay que acudir a la hemeroteca. Así, la Junta de Andalucía se retiró como acusación particular el 17 de octubre de 2016, cuando Susana Díaz era presidenta. Hasta ese momento, la Junta estaba personada como acusación particular, pero, a raíz de un informe del Gabinete Jurídico de la Junta, Susana Díaz decidió retirar la acusación, lo que impedía la petición de fianzas y posponer para después de la sentencia, la petición de la responsabilidad civil por los perjuicios producidos. Díaz, se escuda en el informe los Letrados de la Junta. Se le olvidó que los Letrados, igual que los Abogados del Estado, siguen los designios del gobierno de turno. Si no, que se lo pregunten al jefe de la abogacía del Estado en materia penal, que calificó su informe sobre el “Proceso catalán” como “rebelión” y fue inmediatamente cesado, porque no se correspondía con lo que el gobierno pretendía. Además, en el susodicho informe se dice que “los hechos denunciados no puedan llegar a ser constitutivos de presuntos delitos de los artículos 404 y 405 del Código Penal, como tampoco de ningún otro ilícito penal”. Curioso, porque, la sentencia ha condenado a penas de cárcel e inhabilitación bajo el amparo de los artículos antes referidos y que a juicio de la Junta era improbable su condena y justificación en consecuencia de la retirada de la acusación particular.
Se ha juzgado y condenado a un “Régimen”. Un sistema político populista tipo PRI mexicano, donde el gobierno, la Administración y el partido político se confunden. Como en la Roma imperial, el clientelismo político, permitía por interés, la supervivencia de una buena parte de la población subsidiada, que, al representar la mayoría de la población, permitieron la eternización de “la PSOE SA”. Andalucía y los influjos de Sicilia crearon “Andalucilia”.