El Apunte

Un añadido innecesario

Que los representantes provinciales se achaquen culpas en el bloqueo a la hora de formar gobierno es una completa pérdida de tiempo

LA VOZ

Como si no tuvieran tareas pendientes. Como si esta zona del mundo estuviera libre de conflictos colectivos, de problemas sociales y ciudadanos antiguos y profundos que amargan la vida diaria de miles de familias y que sólo tienen solución desde el trabajo colectivo, ese que tan mal se nos da a los habitantes de estas latitudes.

Los dirigentes políticos provinciales han decidido meterse en la trifulca nacional y cruzar acusaciones, o reproches, sobre la falta de gobierno, sobre el bloqueo a la hora de elegir un equipo que suceda al de Mariano Rajoy.

Es una tendencia conocida. El Ayuntamiento de Cádiz, ya desde los últimos años de Teófila Martínez y actualmente, pierde buena parte de su tiempo de debate en apoyar «mociones» y en «instar a la Junta de Andalucía», o al Gobierno, e incluso a ejecutivos extranjeros y organismos internacionales que tomen esta o aquella medida, que pongan fin a este o aquel desmán.

Como si fueran a escucharle, como si así fueran a encontrar solución problemas que a menudo son dramáticos, trágicos, pero siempre superan las limitadas capacidades de un pequeño y periférico gobierno municipal. Cuando un pequeño ayuntamiento se opone a un genocidio en el otro lado del mundo, no arregla nada. Cualquier persona bien nacida sabe que los integrantes de ese pleno se oponen a cualquier crimen. Dejar constancia explícita es innecesaria, y una pérdida de tiempo.

También lo es participar en la ceremonia de ruido y declaraciones sobre la falta de acuerdo para formar gobierno. Los representantes gaditanos no van a estropear ni arreglar nada. Votan lo que dicen sus jefes y carecen de margen de maniobra. Sin más. En cambio, su capacidad para negociar acuerdos a escala local y provincial, para presionar a otras instituciones, para escuchar a sus vecinos, para acercarse a la realidad y para pactar con los representantes de aquí, de ahora, es mucho mayor.

Emplear tiempo y palabras en debates inalcanzables viene a ser un refugio para todos, un escondrijo. Podrían aprender de esos miles de funcionarios de todas las administraciones (municipales, autonómica y estatal) que acuden cada día a su trabajo y hacen su parte, hacen que todo funcione –a menudo realmente bien– con y sin gobierno.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios