IGNACIO MORENO BUSTAMANTE - OPINIÓN
Ambición o cutrez
No se trata de comparar, que ya se sabe que es odioso. Aunque a veces la comparación sea una magnífica vara de medir. Pero los gaditanos ya hemos conocido cinco regatas, por lo que establecer paralelismos puede servir para analizar si hemos ido mejorando o dando pasitos para atrás. Sin lugar a dudas, la más espectacular fue la de 1992, organizada bajo el mandato del PSOE con Carlos Díaz como alcalde. Aquel año, en el que todo se hizo a lo grande y quizá también por ser la primera, Cádiz maravilló a España entera.Fue un evento impresionante, en el que el Juan Sebastián de Elcano y el Amerigo Vespucci pugnaban por ser el barco más admirado. Luego vinieron las de 2000, 2006 y 2012 –bajo el gobierno de Teófila Martínez–, que también resultaron un éxito, aunque no alcanzaron el nivel de la primera.
Y hoy toca a su fin la primera Regata de la era Kichi , que también ha transmitido una excelente imagen de Cádiz y ha supuesto un éxito de público. Eso sí, debemos situarla en el segundo escalón, junto con sus tres predecesoras y por detrás de la de aquel año de la Expo de Sevilla y la Olimpiada de Barcelona. La Regata que hoy acaba ha sido fastuosa, pese a que la ausencia del buque escuela de la Armada Española lógicamente la ha deslucido. Pero en general el evento ha sido magnifico y un precioso escaparate para nuestra ciudad. Tanto PSOE y PP en su día como Podemos ahora ha superado con nota el examen, lo cual debe servirnos para recordar que, siempre, lo que debe primar es el interés de la ciudad, mande quien mande. Y a la ciudad le interesa invertir en imagen para que luego haya un retorno en forma de turismo.
Y una ciudad, cualquier ciudad, debe pensar siempre a lo grande, marcarse metas ambiciosas, para luego llegar hasta donde pueda. Pero si desde el principio de cualquier proyecto ya uno mismo se pone trabas, al final simplemente alcanzará la mediocridad. Si repetimos como un mantra que en Cádiz los niños pasan hambre, que tenemos un estadio demasiado grande, un puente hiperbólico y un proyecto de pabellón de deportes excesivamente ambicioso, nos quedaremos para siempre a la cola de España. Si hubíesemos tenido esa mentalidad hace 25 años, el puente sería ahora de madera, tendríamos una segunda versión del complejo de la Barriada de la Paz en La Laguna, la ciudad seguiría dividida en dos por la vía del tren y en lugar de la regata habríamos organizado un concurso de pesca en el Club Caleta.
Esa es sin duda la asignatura pendiente de Podemos en los años que le restan en el Ayuntamiento . Ser ambiciosos. Como lo han sido en esta regata –heredada, eso sí–. Aunque visto lo visto hasta ahora, sus prioridades y su forma de entender la política, el próximo evento será un concurso de petanca en Puntales. O de carreras de sacos por la calle La Palma. Todo muy social. Todo muy cutre.