Montiel de Arnáiz

Un alcalde envenenado

No era el regalo, no, era el alcalde. A veces el veneno viene inoculado en el pensamiento: se llama ideología

Montiel de Arnáiz

No era el regalo, no, era el alcalde. A veces el veneno viene inoculado en el pensamiento: se llama ideología. Con el arrebujo de esta neopolítica post 15M que disfrutamos nos ha entrado en casa, al abrir los ventanales para airear el cargado ambiente, una cáfila inclasificable: los que pasaban frío fuera de la caverna y ahora quieren hacerla suya, acaudillar la expropiación de lo caduco, hacer un desahucio invertido. Ofertan un premio a los presos políticos venezolanos en diferido, en el exilio madrileño, partiendo del error de base de su propia inoculación; carecen de herramientas democráticas para comprender la diferencia entre lo público y lo privado, lo institucional y lo partidista. Se les nota. No pecaremos laicamente de ilusos, eso ya lo hemos visto antes en otros latifundios sociopopulares, pero a estos jóvenes nuevos ricos que nos gobiernan no se les esperaban estas guisas ni su profunda cobardía.

Si tomamos impulso apoyándonos en diatribas o tautologías es probable que nos torzamos el tobillo al cuadrar en el suelo. El Premio Libertad Cortes de Cádiz fue otorgado por el anterior equipo de gobierno, jurado mediante, y por tanto había de entregarse. Las excusas envilecen todo lo demás. Si Kichi no quiere ofender a Maduro (quiero decir a Iglesias) lo valiente no es aplazar la entrega del premio, dilatarlo con vainas que de cutres resultan increíbles (lo del coste del viaje comparándolo con la comida del pregonero del carnaval resulta obsceno), hacerlo coincidir con un pleno del que no puede ausentarse el alcalde porque no ha de conducir una manifa anticapitalista, megáfono y mochila, a través del Sinaí. ¿Quiere que le diga qué hubiera sido lo valiente, lo ácrata, lo realmente castrista y bolivariano, señor González Santos?

Retirar el premio, revocar su concesión a los premiados. Decir que no se entrega el galardón porque está politizado y no va a concedérselo a tres delincuentes condenados. Que respeta y comparte la justicia venezolana y blablablá. Nicolás (Pablo) se lo agradecerá. Total, como licenciado en Historia que es usted, sabe muy bien que no hay relación datada entre Cádiz, Iberoamérica y la libertad, exceptuando quizás a Jorge Mágico González. Tenía razón el augur Pepe Landi al titular su libro: ‘Ya vendrán tiempos peores’.

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