Alberto Surio

Cambio de paradigma

El Gobierno, que ha superado ya el bache del espionaje, se muestra satisfecho por el incremento de los datos del empleo

Alberto Surio

Las elecciones andaluzas van a ser un termómetro con consecuencias en la política española que puede alentar la idea del afianzamiento del PP como alternativa al Gobierno PSOE-Unidas Podemos. Pero sería aún prematuro extraer conclusiones sobre un presumible agotamiento de este ciclo político. El ... Gobierno, que ha superado ya el bache del espionaje, se muestra satisfecho por el incremento de los datos del empleo, de la bajada de la precariedad laboral y por el aumento de la afiliación a la Seguridad Social. La otra cara de la moneda es el alza de precios, que intenta amortiguarse con la decisión de topar la subida del coste de la energía, y que tiene como marco la enorme volatilidad que implica la incertidumbre por la guerra de Ucrania.

Un triunfo claro de Moreno en Andalucía podría ser la antesala del cambio. Para el PP, esta presumible victoria va a suponer un revulsivo claro y una inyección de euforia, pero en política año y medio puede ser ciertamente una eternidad. O casi. Una previsible victoria del PP andaluz encierra claves, en parte, diferentes a la de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, aunque sus efectos van a ser muy elocuentes y la relación entre el PP y Vox encierra incógnitas de gran calado que no están resueltas.

En este escenario convulso, Unidas Podemos parece que quiere exhibir un perfil de desmarque respecto al presidente Sánchez en la sensible cuestión del alineamiento en el seno de la OTAN, aprovechando la próxima cumbre de la Alianza en Madrid.

Esta beligerancia tropieza, no obstante, con el principio de realidad. La Rusia de Putin es la responsable que ha desatado la guerra y amenaza con enquistar este desastre en el corazón de la UE. En vez el efecto logrado no ha sido cuartear la unidad del bloque europeo sino todo lo contrario, afianzar su mensaje de unidad y firmeza. El proceso de adhesión de los países nórdicos como Suecia, Finlandia y Dinamarca a las estructuras de defensa comunitarias marcan un punto de inflexión.

Son sus socialdemocracias gobernantes las que han liderado las reivindicaciones y son sus respectivas sociedades las que las han mostrado su respaldo abrumadoramente mayoritario a un cambio de estrategia que supera la neutralidad de antaño y que revela el gran cambio de paradigma que ha forzado la irrupción en la escena internacional de un agresivo ultranacionalismo ruso que nos remite a los tiempos del imperio zarista, cuando el autócrata Nicolás II enviaba a la muerte decenas de miles de soldados rusos. Aquella catástrofe provocó el colapso del régimen.

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