Tras el confinamiento

Alberto Manuel Belmonte Balao, Psicólogo/Profesor de la Universidad de Hainan y Coautor del libro 'hina sin tapujos: 6 años en el gigante asiático'

EFE

Alberto Manuel Belmonte Balao

El mundo después del confinamiento no vuelve a la normalidad súbitamente como por arte de magia . No hay un antes y un después claramente distinguible tras la estricta cuarentena, sino un pausado proceso en el que se van midiendo los tiempos, dando pasitos ... adelante y atrás, con cautela y precaución.

A día de hoy, tres meses desde que el desconcierto y el miedo comenzaran a reinar en la céntrica provincia china de Hubei, la situación en el gigante asiático ha mejorado notoriamente. Los restaurantes permanecen abiertos al público y ya incluso es posible llenar las tragaderas en el interior de los mismos. Las infinitas fábricas ya rugen (y contaminan) desde hace semanas.

Las calles vuelven a mostrar un aspecto alegre y caótico , a pesar de que el gobierno todavía aconseja permanecer en casa el mayor tiempo posible. El trasiego de personas aumenta cada día y ya no hay impedimento alguno a la movilidad de la ciudadanía. Eso sí, el uso de mascarillas , aunque ya no obligatorio, sigue siendo costumbre, y los controles de temperatura se suceden a la entrada de supermercados, hoteles, centros comerciales, estaciones de tren, etc. Aún se encuentran cerrados lugares con alto riesgo de contagio como gimnasios o dentistas (solo atienden urgencias).

La mayoría de estudiantes de secundaria y bachillerato han regresado a las aulas . Con respecto a los universitarios, las clases siguen impartiéndose vía 'on line' debido a que el flujo de movimiento interprovincial sería de órdago en una hipotética vuelta a clase. Hay un gran número de alumnos y profesores de universidad que estudian y trabajan en provincias diferentes a las de su lugar de origen, donde precisamente se encontraban celebrando el Año Nuevo chino cuando fueron sorprendidos por la terrible irrupción del Covid-19. Asimismo, los pequeños de primaria deberán esperar su turno.

«Será pertinente que entendamos que el principio del fin no es el propio fin»

La vuelta a la normalidad en la hiperpotencia asiática está adoptando tintes similares en todas las provincias, aunque los plazos varíen en cierta medida. En la actualidad, las distancias de seguridad entre humanos son vestigios de un pasado reciente, por lo que las reuniones sociales se suceden en público y los parques albergan ya a deportistas ansiosos por volver a la carga, a niños que se reconcilian con el juego al aire libre, a ancianos que se congregan para una partida de ajedrez chino o a parejas que pasean, risueñas y sonrientes, dejando atrás las huellas de un ayer doloroso. Como si nada hubiera pasado. El chino olvida rápido. De mentalidad fuerte y represor emocional donde los haya, es práctico por antonomasia.

España se encuentra a las puertas del final del confinamiento extremo. El principio de una nueva era que no difiere mucho de la que la precede. Los números comienzan a dar una visión más optimista del futuro, sin embargo, para no dar pasos en falso, será pertinente que entendamos que el principio del fin no es el propio fin . Todo lo ganado puede perderse si se ignora la importancia de la necesaria gradualidad en el retorno a la normalidad. En ello deberá insistir el gobierno para no cantar victoria antes de tiempo.

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