OPINIÓN

Ahora toca disfrutar

Quizá sea el momento oportuno para intentar que las preocupaciones cotidianas no absorban por completo las 24 horas de nuestros días

Estamos ya en la recta final hacia las fiestas navideñas: Nochebuena, las campanadas de fin de año y la llegada de los Reyes Magos. Así que quizá sea el momento oportuno para intentar que las preocupaciones cotidianas no absorban por completo las 24 horas de ... nuestros días; para aparcar, al menos durante un rato, los malos rollos y para no dejar que nos incordien esos ‘fantasmas’ con problemas de autoestima, todos conocemos alguno, que tan bien retratara Gregorio Marañón en su ‘Tiberio, historia de un resentimiento’. Así que vamos a lo positivo, que no todo es malo, y aprovechemos estas fiestas para disfrutar un rato. Por ejemplo, con las tradiciones, propias o importadas, que lo mismo da si se trata de alegrarnos un poco la vida. Entre las más bonitas, montar los belenes, una costumbre muy nuestra, aunque fuera el santo de Asís, un italiano, el que tuviera la genial idea. Precioso, por cierto, el belén napolitano que la Fundación Cajasol tiene en la Casa Pemán. De Centroeuropa, vía Reino Unido, nos llegaron los árboles de Navidad. Parece que fue la reina Victoria de Inglaterra la que extendió la costumbre de poner el árbol en casa y la que también puso de moda lo de felicitar las fiestas con tarjetas navideñas. Toda una ‘influencer’ de la época y eso que no existía instagram. Hay que reconocer que, con los avances tecnológicos, eso de escribir a mano las felicitaciones ha decaído más que mucho pero, a cambio, hemos ganado en la difusión de los buenos deseos. De Estados Unidos nos han llegado un montón de costumbres. Desde el Black Friday, como anuncio de las fiestas que, aunque denostado por muchos, no deja de suponer un alivio para los comerciantes, hasta lo de la iluminación, tradición que esperemos que, por aquí, no siga el mismo camino que las tarjetas de la reina Victoria. De fuera nos llegaron Santa Claus, San Nicolás, Papa Noel, a los que pusimos cara y tipo gracias a Coca-Cola y a la televisión, y que vienen a ayudar a nuestros Reyes Magos en su ingente tarea. Los Magos de Oriente si que son nuestros aunque, todos los años, hagan una larguísima caminata para volver a casa. Como nuestras son todas esas costumbres que cada año se celebran en muchos pueblos gaditanos y que merecen una visita para disfrutar de ellas. También es española la tradición de recibir al nuevo año con las uvas. Y gaditana, lo que se dice gaditana, la lotería de Navidad. Aunque nos venga a la mente la imagen del Calvo de la lotería, con esa música tan maravillosa del Interior Student Café, retrotrayéndonos a la Rusia nevada del Doctor Zhivago, la lotería de Navidad se inventó en Cádiz, un día como hoy, 18 de diciembre, de hace 216 años. La sede estuvo en la Plaza de San Antonio, en la casa donde hoy se ubica una tienda de ropa y, en aquella primera ocasión, el premio fue de 8.000 pesos fuertes, un buen pellizco en la época. El ‘Gordo’ terminó en 4 y todos los premios se quedaron en Cádiz, algo lógico si pensamos que estábamos sitiados por los franceses. No estaría mal que, por eso de hacer valer las tradiciones, el sorteo del próximo sábado nos deje en Cádiz, si no todos los premios, si al menos una parte importante de ellos. Y que estén muy repartidos. Así que mucha suerte a todos, incluidos los ‘fantasmas’.

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