¡Viva el Rey!

Lo que sí es pasarse de largo es el dar el pésame por la muerte de un etarra, de un asesino al que no le tembló el pulso para marcar objetivos de ETA ni de apretar el gatillo para acabar con la vida de inocentes . Eso, Sr. Ministro de Justicia, si es vergonzoso y eso si lo ha hecho su “amigo” Pedro Sánchez y no le he escuchado a ud. protestar.

Lo que también es pasarse es arremeter contra la Justicia de este país y contra los jueces porque estén investigando un partido político o porque se esté revisando la posible “caja B” de financiación ilegal de ese mismo partido y eso lo ha hecho Pablo Iglesias y a ud., como máximo representante de los jueces en España, no le oí abrir la boca para defenderlos .

El Rey, al que tanto ud. como sus compañeros del Consejo de Ministro le juraron o prometieron respeto y fidelidad, es una pieza básica en nuestro Estado de Derecho para garantizar nuestra democracia. Es uno de los garantes de nuestro país para mantener la estabilidad en nuestro país , esa estabilidad que su gobierno social-comunista pretende romper a marchas forzadas.

Lo que debería de hacer tanto ud., como el resto de sus compañeros ministros, es dejar de poner a sus amigos a dedo, no aumentar el gasto con ministerios innecesarios en un país que cada vez llevan más a la quiebra, dejar de pactar y darle la manos a independentistas y asesinos que lo único que pretenden es aprovecharse de las necesidades de un Presidente de alimentar su ego a costa de lo que haga falta aunque eso conlleve la destrucción del país y volver a dividir a los españoles.

Usted, Sr. Campo, llegó al Ministerio de Justicia con el compromiso de revitalizar la Justicia en este país y lo único que ha conseguido es, por un lado, hundir más a los Juzgados y a los profesionales que nos dedicamos a esta labor en un abismo sin fondo y, por otro lado, servir de vocero a “la voz de su amo”, a la voz de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Tenga presente que ud. no es más que el político de turno que ahora lleva esa cartera. Un burócrata más que ha demostrado que una vez que se sienta en el Consejo de Ministro se olvida de lo vivido en los Tribunales y Juzgado , un traidor a sus compañeros de toga que, quizás, esperaban más de ud. y que llegado el momento pasará y dejará el sillón. Mientras tanto, la Justicia, la de mayúscula, seguirá emanando del pueblo, de los que estamos a pie de calle y se seguirá impartiendo en nombre de Su Majestad el Rey.

Por eso y por muchas más cosas me permito el lujo de pasarme tres montañas, como diría ud., y gritar en alto y boca llena ¡Viva el Rey!