Tezanos, el tabernario

El presidente del CIS no ha tenido otra ocurrencia que calificar de «tabernarios» a todos aquellos que votan o voten a Díaz Ayuso en Madrid

«Tabernarios, incultos, guarros, so peazos de gamberros, si queréis votar, a las urnas, pero a la Ayuso ¡já! ¡Y un cuerno!». Podría haber cantado el «imparcial» de Tezanos utilizando aquella letrilla de la comparsa ‘Calabazas’ que escribiera Martínez Ares. Y es que el presidente ... del CIS no ha tenido otra ocurrencia que calificar de «tabernarios» a todos aquellos que votan o voten a Díaz Ayuso en Madrid.

Este señor, que debería de mostrarse imparcial en sus manifestaciones, no solo se ha saltado la jornada de reflexión en las elecciones a la Presidencia de la Comunidad de Madrid haciendo encuestas sino que es el claro ejemplo de lo que el Partido Socialista hace o está haciendo, cuando llega al poder. Como buen socialista que es, y fiel a la mano del señor que le da de comer, ha puesto una institución como el CIS al servicio de su ‘jefe’, Pedro Sánchez, y a los intereses del partido al que pertenece.

Es vomitivo ver como desde el PSOE se «prostituyen» las instituciones, los organismos del Estado, que deben de mantenerse al margen de la política, de signos o preferencias de quienes los dirigen, para estar al servicio únicamente de quienes los pagan, de los españoles.

La «salida de tiesto» de Tezanos no es significativa por el insulto a los votantes del Partido Popular, porque es cierto que sale en una revista, ‘Temas’, que es de escasa difusión entre la población. Lo que sí es importante porque pone de manifiesto la impotencia de un ser que desde su organismo ha pretendido, y seguro que seguirá pretendiendo, manipular o influir en las intenciones de voto de los españoles con los escenarios increíbles que dibuja en muchísimas ocasiones. Tezanos demuestra que, una vez más, el único recurso de estos dirigentes es el insulto. Cuando la izquierda no puede debatir, o rebatir, a la derecha con hechos, cuando no puede competir en buena lid, siempre recurren a lo mismo: el insulto.

Fachas, fascistas, entre otros, y, ahora, tabernarios. El insulto siempre en la boca de los miembros de la izquierda cuando el pueblo, los que votan, los que deciden el futuro de su pueblo, ciudad, comunidad o país, no votan los que ellos quieren, o mejor dicho, no los votan a ellos.

Parece les molesta que en este país haya libertad para votar a quienes nos dé la gana. No dejan de ser, muchos de la izquierda, unos tiranos vestidos de demócratas. Las elecciones para estos personajes siniestros no dejan de ser una obligación impuesta, un derecho molesto siempre y cuando no salga lo que ellos quieren, la victoria de la izquierda.

Tezanos, Iglesias, Monedero, Echenique… No dejan de ser el claro ejemplo de que en muchísimas ocasiones la nueva izquierda está reñida con la democracia española. Seres rabiosos de odio que diferencian a los españoles en dos bandos, por un lado, los sabios que los votan, y, por otro lado, los catetos, tabernarios, fascistas que votan a otros.

A la hora de escribir esta columna, los madrileños están votando, por lo que aun no sé ni quien ganara ni cuáles serán los resultados finales. Lo que sí sé es que, salga quien salga, el pueblo, en este caso los madrileños, nunca se equivoca. Se vota lo que cada uno quiere, bien sea por hartazgo de lo que había o por ilusión de lo que puede venir o continuar. Lo cierto es que nunca se me ocurriría calificar de «tabernario» a quien vote algo diferente a lo que es mi tendencia política.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios