Perdemos a la mejor generación
Está muriendo la generación de personas que con su trabajo ayudaron a salir de la crisis de una guerra civil y de los efectos colaterales que hubo de la Segunda Guerra Mundial
Me hago hoy eco de una publicación que he visto en estos días en varias redes sociales. En ella, venía a decir la persona que lo compartía algo así como que en esta pandemia , en nuestro país, está muriendo la generación de ... personas que con su trabajo ayudaron a salir de la crisis de una guerra civil y de los efectos colaterales que hubo de la Segunda Guerra Mundial . Una generación que han trabajado como mulos, perdón por la expresión, que han pagado con sus impuestos la creación del Estado del bienestar que hoy podemos disfrutar y que se lo estamos pagando de forma desagradecida.
Y es cierto, que la mayoría, por no decir casi la totalidad, de personas que están falleciendo en nuestro país por el coronavirus, que no con coronavirus, son de esa generación que les tocó sufrir en sus carnes la perdida de una infancia o juventud a causa del enfrentamiento militar que hubo en él. Que tuvieron que pasar escasez de alimentos, penurias y sufrimientos para volver a levantar un país desde las cenizas materiales en las que había quedado y desde las cenizas metafóricas de una convivencia dañada por el odio y por la barbarie de una guerra entre hermanos. Esos mismos que superaron todo aquello, que supieron en la democracia respetarse los unos a los otros y crear la España que ahora tenemos las generaciones posteriores.
¿Y como se lo pagamos? Pues para algunos, ahora esas personas mayores, no son más que números en una estadística diaria de fallecidos a causa de esta pandemia. Para otros, casi siempre de pensamiento comunista, solo son una carga más para esta sociedad, un gasto de dinero público para el Estado en su atención y curación. Personas a las que se les debe de dejar de atender en los hospitales, para que allí solo se pueda atender mejor a los jóvenes, dejándolos morir en sus casa, dejándolos tirados en la cuneta de una sociedad que demuestra que dentro de ella tiene a individuos cada vez más egoístas y sin memoria histórica, salvo para lo que les conviene. Hay otros, como los impresentables que se manifestaron en la Línea de la Concepción y apedrearon a los autobuses donde iban los ancianos de la residencia afectada por coronavirus, para los que estas personas son apestados a los que no hay que recibir, a los que no hay que darle cobijo solo por si pudieran estar afectados.
Es de esperar que después de esto, todos tengamos esa memoria que se pide para recordar a los muertos por el bando franquista durante la guerra civil, y hagamos también un ejercicio para recordar a todas esas personas que hoy en día muchos están queriendo dejar morir en sus casas, en las residencias de ancianos, solo porque ya no tienen una edad para producir, porque ya han cumplido con esta sociedad y obremos en consecuencia.
Ojalá recordemos, cuando recuperemos la libertad de salir a las calles, de celebrar las fiestas que ahora el coronavirus nos ha arrebatado, a todos esas personas que en el día de ayer dieron su vida de forma figurada por nuestra nación, sin distinción de ideologías, y hoy han dado su vida en esta pandemia que nos ha asolado, dejándonos huérfanos de una generación que lo dio todo por un país sin pedir nada a cambio, siendo felices solo con ver como a las generaciones posteriores nos daban la infancia y la juventud que ellos no tuvieron.
