Llegó mayito desquiciado
Llegó el momento del esperpento fiestero que se inventó el Ayuntamiento con la excusa de los contagios del Covid en febrero
Llegó el momento del esperpento fiestero que se inventó el Ayuntamiento con la excusa de los contagios del Covid en febrero. Sin embargo, como si de una maldición se tratara, actualmente los casos de la dichosa enfermedad se encuentran multiplicándose a marchas forzadas, pero parece ... que ahora el equipo de Gobierno no tiene miedo, ni miramiento por la población como lo tenía antes cuando decidió trasladar la fecha del carnaval.
Al final, este engendro de fiestas típicas se encuentra con el mismo panorama que algunos presumían que podíamos encontrarnos para celebrarlo en su fecha natural, la de toda la vida. Bueno, menos en la época franquista que hicieron lo que ha hecho el Kichi, trasladar el carnaval, sacarlo de su época habitual, para convertirlo en una especie de feria, de fiesta local que no tuviera ningún parecido con el carnaval. Desnaturalizarlo para evitar que desde las tablas del Falla, desde cualquier esquina o cualquier calle se pudieran alzar las voces en contra de la tiranía del poder gobernante. Y es que ni a Franco, y su régimen, ni a Kichi, y su pseudorégimen, les gustaba o gusta la crítica mordaz y feroz que conlleva el carnaval. Pero si alguno, en la actualidad, piensa que sacando a las agrupaciones, legales o callejeras, les va a extirpar la poca «glándula venenosa» o la lengua viperina que les queda creo que están equivocados. Eso es parte de la idiosincrasia del carnaval y, espero, que la misma se mantenga con independencia de que el carnaval sea en febrerillo loco o en mayito desquiciado.
La realidad es que esto no deja de ser un proyecto fallido desde que a la mente ‘privilegiada’ del ayuntamiento se le ocurrió trasladar de fecha nuestra fiesta más típica. Ahora nos encontramos con una celebración carnavalesca que no encaja en la fecha designada, que no tiene el tirón propio que tendría en febrero, que va a convertir la fiesta callejera en un sinsentido más allá de darle el empujón final para terminar siendo el botellón en el que ya se estaba convirtiendo en estos años.
Lo bueno de todo esto es que las personas pasarán, las siglas políticas se transformarán, los pensamientos políticos se regeneraran, pero el carnaval seguirá estando aquí, en nuestra ciudad en su fecha natural. Seguirá siendo en febrero, en su mes natural, el mes que siempre se ha pintado dos coloretes para sentirse el más canalla de los doce, ese mes que tanto ha inspirado a los poetas carnavaleros y que ha sido su musa carnavalera. Febrero, el mes más gaditano del año, volverá a ser el más deseado por todos los gaditanos cuando ya no estén en el poder a los que le han querido quitar su protagonismo.
Al final, el cambio de fecha no ha servido para nada con respecto a la enfermedad que se ha instalado en nuestras vidas. Solamente ha servido para generar una polémica, una pelea, donde no la había. Para desvirtuar un concurso que era la envidia de todos los concursos de coplas de carnaval de Andalucía. Un cambio de fecha que, me da la sensación, no tiene más sentido que utilizarlo de forma propia por los que nos gobiernan de cara a las próximas elecciones locales que se avecinan.
Espero que después de este engendro carnavalero se tome nota por parte de quien tenga que tomarla y no se vuelva a jugar con esta fiesta tan importante para la ciudad y su nombre.
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