OPINIÓN
La legalidad VS la moralidad
En esta vida no todo lo que está permitido responde a la moral, salvo que tengas unas “tragaderas” enormes como está demostrando el Presidente y los suyos tener
Vaya desde el principio, como prologo a esta columna, que me considero una persona demócrata. Que respeto las opciones políticas de sus conciudadanos, siempre que estas se enmarquen dentro de la legalidad existente en nuestro país. En el caso de que estas no ... se ajusten a nuestro marco jurídico, lo único que pido es que se aplique la ley en su justa medida. Lo aclaro porque, en alguna ocasión, algún asesor del ayuntamiento de más allá de Despeñaperros me ha catalogado de extrema derecha sin yo serlo.
Para mí, el ser demócrata se asume con todas sus consecuencias. Es decir, a mi entender el tener esa cualidad imprime un carácter, ya que es necesario para vivir con respeto a los demás y sus opiniones y debiendo respetarse por los otros tus ideas enmarcadas dentro de la ley.
Dicho esto, entiendo que el PSOE, en sus labores de Gobierno, mantenga contactos con partidos como EH Bildu o con los separatistas catalanes a fin de sacar adelante sus presupuestos generales . Dichas formaciones políticas, nos gusten o no, forman parte del arco parlamentario y, por lo tanto, gozan de la legalidad suficiente para ser actores de dichas negociaciones. Estas formaciones, con intereses propios muy alejados de la unidad de España, se benefician de una Constitución y un régimen al que critican para dinamitarlo desde dentro, como esos insectos parásitos que depositan sus huevos dentro de otros más grandes para que sirvan de alimento hasta que las crías nazcan y se independicen.
Como he dicho antes, entiendo que lo haga pero no lo comparto. Frente a la legalidad, que permite eso, para mí se contrapone la moral y la ética. Un conjunto, en definitiva, de valores y creencias que me impiden sentarme en la misma mesa con aquellos que han amparado y no han condenado a los que han asesinado a personas inocentes, entre los que se cuentan compañeros de mi partido.
Me resulta muy curioso que a Pedro Sánchez (PSOE), que se le llenaba la boca con aquello del “cordón sanitario” contra Vox, no se le haya ocurrido aplicarlo a la formación política de aquellos que pegaron un tiro en la nuca a compañeros suyo s o colocaban bombas lapas a los bajos de políticos de su formación. Llama la atención que el Presidente que se tilda de demócrata, y dejo al margen a Pablo Iglesias porque a este lo precede una serie de elogios y halagos a los batasunos que dejan bien clara su deriva demócrata, haya sido capaz de dar el visto bueno a un pacto con quienes en otro momento no hubiesen dudado en ponerle una bomba lapa en su calidad de Presidente del Gobierno español.
La legalidad, en muchas ocasiones, debe de ir acompañada de su dosis de moral y de ética. En esta vida no todo lo que está permitido responde a la moral, salvo que tengas unas “tragaderas” enormes como está demostrando el Presidente y los suyos tener.
Pedro Sánchez se ampara en una legalidad para pactar con los herederos de ETA , como se demuestra por quienes integran ahora esa formación política y que son muchos de los que antes integraban la banda terrorista, pero se ampara en una moral inexistente en él y los suyos para pedir que no se pacte con Vox en Andalucía.
La legalidad siempre debe de ir acompañada de cierta moralidad a la hora de pactar con quienes tienen las manos manchadas de sangre , porque si no puede pasar esa sangre a tu mano a cambio de un sillón en la Moncloa.
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