Lecciones de los más peques

Este año, más que nunca, han demostrado que se han portado de forma extraordinaria, dejándonos lecciones que no debemos de olvidar nunca

Hoy la inmensa mayoría nos hemos despertado con la ilusión renovada de la visita de los Reyes Magos de Oriente a nuestras casas. Si en ellas, además, hay pequeños pues entonces la ilusión se multiplica por mucho más. Es ilusionante ver sus caras cuando descubren ... los regalos que Sus Majestades han dejado en el sofá, en la cama o donde se los dejen en cada casa. No hay mejor pago que el ver como en ellos se renueva cada año la ilusión que nosotros teníamos cuando éramos como ellos. Y una vez más, nuestros niños nos habrán dado una lección para aprender y no olvidar.

Si durante el confinamiento, durante las clases escolares o durante el día a día nos han demostrado que son los mejores, en estas Navidades nos han vuelto a demostrar que los adultos lo hacemos todo mucho más difícil que lo que es. Que en muchas ocasiones ellos tienen más sentido común que nosotros.

Este virus disfrazado del Grinch no ha podido robarles a ellos la ilusión de la Navidad. Y aunque lo haya intentado, los más pequeños han sabido ponerle una sonrisa a las restricciones. ¿Que no se podía ver a los amigos? Pues ya se verán más adelante. ¿Qué no se podía quedar con toda la familia? Pues se hacia una videoconferencia. ¿Qué no se podía ver las luces de Navidad? Pues ya se inventaban algo… Y así han pasado los días de las vacaciones hasta darnos la ultima (o penúltima, conociéndolos) ayer mismo. La cabalgata de los Reyes es uno de los eventos que los niños esperan con más ansias durante todo el año. Es el momento de ver a los encargados de decir si se han portado bien o mal y si son merecedores de los ansiados juguetes o del temido carbón. Sin embargo, este año no ha habido esa cabalgata sino que se ha sustituido por una ‘cabalgata estática’, donde los niños han tenido que ir pasando por delante de los Reyes, con unas vallas de por medio y sin que les lanzaran ningún caramelo. ¿Y saben que pasó? Pues que lo han asumido con toda normalidad, sin poner malas caras ni protestar.

Y mientras los adultos seguimos con nuestras locuras. Calles de bares llenas, fiestas ilegales, aglomeraciones en Centros comerciales… Y las cifras de contagiados y de muertos en aumento. Somos incapaces de tener el sentido común de los niños, el saber comportarnos y asumir lo que estamos viviendo en estos días. Es triste ver como día tras día surgen noticias de incumplimientos de las normas establecidas para poder frenar la escala de víctimas de este maldito virus. Estando muchas veces entres esos infractores personas que debieran de dar con su comportamiento el ejemplo a seguir por muchas personas, bien porque son personajes públicos, bien porque son autoridades públicas. La realidad es que en esto de asumir la nueva normalidad todavía nos queda mucho por aprender de los niños.

Por eso, y por muchas cosas más, vaya esta columna de hoy por los más pequeños de nuestras casas, por esos pequeños héroes que día tras día nos enseñan a que el sentido común no entiende de edad, o mejor dicho, se va perdiendo con la edad. Espero que a todos les hayan traído los regalos que pidieron porque este año, más que nunca, han demostrado que se han portado de forma extraordinaria, dejándonos lecciones que no debemos de olvidar nunca y ojalá a ellos tampoco se les olvide a medida que cumplan años.

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