Un Kichi en las nubes
Una ciudad no se puede gobernar a golpe de populismo en las redes sociales, porque corre el riesgo de que el populismo se diluya, como el vapor de agua
Como el vapor de agua que se diluye en el aire, así quedará diluida la gestión del actual alcalde don José María González, ‘Kichi’ únicamente para sus amigos, en la historia de nuestra ciudad. Y es que, nuevamente, el regidor vuelve a meter la pata ... al querer enfrentarse con Teofila Martinez, curiosamente a la que él llamaba o llama ‘Teo’ sin ser su amigo, la cual le ha vuelto a sacar los colores, que no coloretes, con el tema de la supuesta contaminación de los barcos en el muelle.
El alcalde se metió en un «fregado», como se suele decir en Cádiz, por una supuesta nube de contaminación que emitía uno de los barcos más ecológicos del mundo, sin saber que el zasca que le iba a dar la Presidenta de la Autoridad Portuaria se iba a escuchar hasta en la sede noruega de la naviera.
Tras volverse a poner nuestro alcalde detrás de un megáfono, que es donde José María se siente en su ambiente, se vino arriba. Se creyó que podía seguir lanzando consignas, como en la huelga del metal, y que el resto del pueblo se las creería, como la mayoría de los huelguistas, y he aquí que se encontró, una vez más, con la horma de su zapato y ¡vaya horma!
La otrora alcaldesa de la ciudad, ahora encargada de la gestión del puerto de Cádiz, no tuvo más que sacar a la luz la realidad sin despeinarse en ningún momento. Una vez más, Teófila puso en su lugar al que se cree el sucesor de Fermín Salvoechea que –dicho sea de paso y sin ser santo de mi devoción– está a años luz de lo que ahora mismo habita en el despacho de Alcaldía.
Y es que el alcalde confundió en su «buen mirar» por la ciudad y el ecologismo una nube, en su mayor parte de vapor de agua, que salía de la chimenea del barco de la naviera Norwegian Cruise Line con el humo de una posible combustión de los motores del barco y atacó. Sacó nuevamente su discurso populista para arremeter contra Teofila Martinez y, por ende, contra la Autoridad Portuaria, en un épico pero inútil mensaje de Facebook. Al final, lo que se vuelve a poner de manifiesto es que el alcalde y su equipo lo único que buscan es la confrontación ciudadana. Solamente buscan el echarnos a pelear, el crear la confusión en la población, el mentir descaradamente para desprestigiar al contrario. Mantenerse en el poder a costa de engañar al ciudadano y no por su trabajo y gestión de la ciudad.
Con lo fácil que hubiera sido levantar un teléfono y preguntar directamente en el puerto de Cádiz sobre esa nube, pero, claro, eso no le hubiera servido para los cinco minutos de fama que buscaba con su entrada en Facebook, para que sus hooligans le aplaudieran y se enorgullecieran de su alcalde.
Lo malo para José María y los suyos es que Teófila Martínez tardó muy poco tiempo en devolverlos a la realidad, en bajarlo de esa nube en la que se había montado, cual Son Goku, y demostrarle una vez más que una ciudad no se puede gobernar a golpe de populismo en las redes sociales, porque corre el riesgo de que el populismo se diluya, como el vapor de agua, y la caída lo devuelva a la realidad de una ciudad desgobernada y abandonada de la mano de un alcalde escondido tras un teclado.