Kichi ataca de nuevo
La ciudad de Cádiz está asfixiada, no hay aparcamiento
Parece que al alcalde de Cádiz le ha dado por la Autoridad Portuaria y, si hace unos días le dio por el presunto humo contaminante de un barco, ahora la ha tomado con el anunció realizado el otro día por su presidenta, Teofila Martinez, de ... un proyecto para un aparcamiento con capacidad para más de mil vehículos.
Es normal, por otro lado, que este anuncio haya sacado de sus casillas al alcalde y, lo más probable, que también lo haya hecho con ese magnífico planificador de ciudades que tenemos en Cádiz, que no es otro que Martín Vila. Y es que la presidenta, con este anuncio, tira por tierra la labor que esta pareja lleva haciendo desde hace años de eliminar todas las posibilidades a los gaditanos y a los que nos visitan de poder aparcar en esta ciudad. Entre el carril bici y las zonas de colorines, el ayuntamiento de Cádiz se había «cargado» un inmenso numero de aparcamientos en nuestra ciudad, lo que hacia imposible para los que vivimos aquí el encontrar un sitio para aparcar sin tener que rascarnos el bolsillo en parkings o en zona azules, verdes o naranjas. Dicho esto, hay que recordar que el alcalde cuando era candidato criticaba la existencia de la zona azul por un presunto afán recaudatorio pero, una vez alcanzado el bastón de mando, no solo la mantuvo sino que asesorado por su media mitad política fue aumentando y hasta poniéndola de diferentes colores.
La ciudad de Cádiz está asfixiada en ese sentido, no hay aparcamiento, y ello «beneficia» los intereses de estos de la extrema izquierda de acabar también con el turismo que viene a pasar un día en la ciudad, ya que ante la imposibilidad de aparcar pues deciden irse a otras localidades vecinas, las cuales se ven beneficiadas económicamente de ese turismo. Y es que la ciudad necesita de plazas de aparcamiento con necesidad básica, no como objeto de lujo. Si quieren que la ciudad sea más ecológica o más verde que se preocupen de arreglar los parques y jardines que hay y que están en un estado lamentable, llenos de suciedad y porqueriza cuando no dejados de la mano de Dios y convertidos en auténticos parterres de tierra.
A estos seguidores de Marx y de Trosky, por decir dos de los muchos que defendían una política de izquierda ‘radical’, parece que el turismo les crea sarpullido y es que ven en ese sector un beneficio para la ciudad y para sus habitantes, los cuales podrían ganarse la vida dignamente trabajando y no necesitarían la ayuda de las ‘paguitas’ de la administración, la cual con ese sistema «compraría» el futuro voto de estos subsidiados.
La realidad es que, al igual que en su día el equipo de Gobierno le puso la cruz a los pisos turísticos, hoy se la han puesto al muelle de Cádiz y, más concretamente, a los barcos de turistas. Han empezado con la contaminación, siguen con las pataletas de que el muelle evolucione en sus servicios a la ciudad y, quien sabe, mañana quizás se opongan a que el recinto portuario se integre en la ciudad, lo cual serviría para ganar más espacio y, quizás, para dotarla de nuevos servicios. Si yo fuera Kichi, me preocuparía más de otros problemas de la ciudad y no miraría tanto al muelle o quizás es que se pasa mucho tiempo en el balcón del Ayuntamiento en lugar de estar en su despacho trabajando por la ciudad.
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