Golpe de Estado encubierto
Un golpe de estado no solo se da empuñando un arma, sacando los tanques a las calles o entrando por la fuerza en el Congreso de los Diputados
Una reunión de la Comisión Permanente
Cuando hablamos de golpe de Estado solemos pensar en un levantamiento o alzamiento en el que por medio de la fuerza se derroca el régimen oficial, en muchas ocasiones la democracia, para imponer otro tipo de régimen, casi siempre de corte dictatorial. Aunque ... siempre se ha asociado a maniobras o movimientos de la extrema derecha, no es exclusivo de esa corriente política ya que podemos ver actualmente como han existido y perviven en el mundo golpes de estado impuestos por movimientos de extrema izquierda o comunistas.
En España cada vez que se nos menciona el término “golpe de Estado” se nos viene a la cabeza, al menos a los que ya tenemos una edad, la figura de Tejero mandando a sentarse a los diputados en el Congreso y disparando al techo. Ese es, hasta el momento, el episodio más crítico que hemos vivido en nuestra joven democracia. Aún asociamos en este país el “golpe de estado” a una fuerza externa a nuestra Constitución y a nuestras Instituciones democráticas con la única intención de corromper el Estado y ponerse en su lugar por la fuerza de las armas.
Esto sería así si en la actualidad no estuviésemos en la situación en la que nos encontramos en España. Actualmente, vemos como los dos partidos políticos que gobiernan se aprovechan de las instituciones a las que pertenecen, en las que se han ido introduciendo, como en el caso de Podemos, cuales parásitos que se alimentan de su presa desde el interior, para poco a poco ir dando un “pseudo-golpe de Estado” encubierto. Cada día, nos enteramos como poco a poco intentan a golpe de su mayoría parlamentaria ir “prostituyendo” las instituciones que van tocando. El caso más flagrante es el del Consejo General del Poder Judicial . Aprovechándose de sus diputados más aquellos pertenecientes a los partidos políticos que pretenden la destrucción del Estado para poder proclamar su independencia, pretenden poner a dedo a sus jueces en el CGPJ, como ya hicieron con la Fiscal General del Estado, garantizándose de esta manera, no solo que la Fiscalía General en muchas ocasiones no se meta en los asuntos que les salpica a estas formaciones políticas, sino poder elegir luego a los jueces que integren los órganos judiciales que, en último caso, tendrían que juzgarlos. Con esto se asegurarían que el enjuiciamiento fuese más “laxo” quizás que si fuera a otras formaciones políticas.
Un golpe de Estado no solo se da empuñando un arma, sacando los tanques a las calles o entrando por la fuerza en el Congreso de los Diputados. Se puede hacer de muchas otras maneras y, hoy en día, estamos viendo como desde el gobierno social-comunista se pretende minar las bases del régimen democrático español para sustituirlo por lo que podría considerarse como una “dictadura democrática de izquierda”, términos contradictorios pero que en este caso serían compatibles. Un gobierno, que amparándose en la democracia existente y en haber concurrido a unas elecciones generales, utilizan la mayoría que poseen junto con los partidos independentistas y aberchales para de forma dictatorial imponer sus ideas y destruir la separación de poderes de un Estado democrático.
España está en una deriva que, a día de hoy, es muy peligrosa. Un gobierno con una idea clara que es la de imponerse a perpetuidad en las instituciones y una oposición dividida entre los que plantan cara desde su posición democrática y los que pierden el tiempo en mociones de censura que no llevan a nada o en apoyos puntuales que, al final, le bailan el agua al Gobierno.
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