Opinión
Divididos y crispados
Parece que la única manera de cambiar el mundo para este tipo de personas es acabar primero con él, con la sociedad tal y como la entendemos actualmente para luego, de las cenizas de lo que quede y de los que quedemos, plantar los cimientos de su nuevo proyecto
Nos quieren enfrentados. Es la conclusión a la que llego desde hace unos meses a la vista de como está el mundo. Lo que antes eran tímidos intentos de enfrentar a unos pocos con otros, ahora se extiende mucho más, siendo más peligroso si cabe. ... Estos enfrentamientos se están haciendo tan constantes y tan diarios que ya forman parte de nuestro día a día.
Nos quieren enfrentados a los heterosexuales con los homosexuales, a los blancos con los negros, a los cristianos con los ateos, a los de arriba con los de abajo, a los hombres con las mujeres, a los monárquicos con los republicanos, etc… Nos quieren enfrentados porque así algunos sacan beneficios propios.
Ni libres, ni con pensamiento propio. Solo quieren que estemos todo el día peleándonos entre nosotros, con nuestra familia, amigos, conocidos. Desde hace poco tiempo, se ha elevado el nivel de crispación en la sociedad actual. Las redes sociales fomentan esos enfrentamientos en los que en muchas ocasiones solo sirven para pelearse a diestro y siniestro con cualquiera que ose pensar de forma diferente. Algunos medios de comunicación, casi siempre en internet, han surgido con la única finalidad de la de vomitar odio a fin de hacer audiencia o caja, promoviendo el enfrentamiento entre los que opinan como ellos y contra los que no piensen igual, sin importarles el resultado de esa pelea constante.
¿Y nosotros que hacemos ante eso? Pues caer en el error de seguirles el juego. Entramos en las provocaciones, perseguimos la zanahoria que nos colocan delante de la nariz para que nos peleemos los unos con los otros. Somos, en muchas ocasiones, marionetas en manos de los que nos azuzan para que entre nosotros nos enfrentemos. Con estas peleas entre nosotros fomentamos que esas sombras obtengan lo que buscan, el que estemos ocupados y nos olvidemos de lo que de verdad nos debe de preocupar.
«Divide y vencerás», ese es el lema de muchos hoy en día. Quieren que estemos divididos porque así ellos vencen. Divididos nunca haremos la suficiente fuerza para luchar contra lo que de verdad nos afecta, que no es otra cosa que ese nuevo orden que pretenden imponernos. Parece que la única manera de cambiar el mundo para este tipo de personas es acabar primero con él, con la sociedad tal y como la entendemos actualmente para luego, de las cenizas de lo que quede y de los que quedemos, plantar los cimientos de su nuevo proyecto. Todo lo que no entre dentro de sus planes de futuro sufrirá la ira de algún grupo, de algún colectivo a fin de crear la crispación e intentar acabar con ello.
Todo, absolutamente todo, termina por ofender a alguien y, por ende, a llevar al enfrentamiento. Actualmente, un ejemplo de ello es el intento de revisar la historia. Esto únicamente tiene por objeto el seguir con el enfrentamiento. Echar a pelear a los que pretenden defender la historia de este planeta frente a los que quieren borrar lo ocurrido en el mundo. El último damnificado es Cristóbal Colón. Desde ciertos colectivos pretenden mandar al ostracismo al marinero descubridor amparándose en una mentira que no por mucha repetirla se convertirá en realidad y abonada por la gran incultura de muchos de los que derriban estatuas.
El mundo se va al garete y nosotros lo único que sabemos hacer es ponernos a parir y enfrentarnos a la menor de cambio sin ser conscientes de que nos manejan.
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