El cuento del Covid para los negocios

Pasear por nuestras calles, en especial por el centro, es ir descubriendo locales vacios y negocios cerrados

Andar por las calles de Cádiz cada vez se está convirtiendo más en añorar un pasado no muy lejano en el que había bullicio en ellas. Calles céntricas en las que había un constante ir y venir de personas entrando y saliendo de los ... comercios, con más o menos compras. Había un vaivén de compradores que iban buscando a las grandes marcas y que, de paso, “picaban” en los pequeños negocios equilibrando la balanza entre las compras en las tiendas de grandes firmas y el comercio local.

Hoy, por desgracia, eso ya no se ve. Pasear por nuestras calles, en especial por el centro, es ir descubriendo locales vacios y negocios cerrados . Abrir la prensa es leer cómo cada día un nuevo negocio anuncia su traslado a otra ciudad, a un centro comercial o, simplemente, que echa la baraja para siempre. Oysho, Zara, Inside, la Tapería de Columela, Gamestop… entre otros, son negocios que han echado el cierre y, algunos con suerte, se han ido a otras ciudades dejando un hueco en el comercio de nuestra ciudad.

Es difícil la época que estamos viviendo. De todos los males del mundo se le echa la culpa al coronavirus. Que sí no se puede abrir hasta tarde, que sí las medidas anticovid hacen que no entren los clientes, que sí la gente tiene miedo a pasear y, por ende, a entrar en los comercios, etc… quizás todo esto sea cierto pero ¿y sí pasa la pandemia y vemos que no es como nos cuentan? ¿Qué pasaría si al superar el virus seguimos comprobando como se van cerrando negocios en nuestra ciudad? Algunos se inventarían la post-pandemia para seguir escurriendo el bulto de su incompetencia y hasta muchos se lo creerían pero me da que la verdad es otra. La ciudad ha dejado de ser atractiva para el comercio y para los visitantes que venían a pasear, a hacer cualquier gestión y, ya de paso, entrar en tiendas que no los había en su ciudad o pueblo.

Por un lado, tenemos esta pésima gestión administrativa local, que evidentemente no puede evitar que marcas multinacionales tomen la decisión de irse de nuestra ciudad pero si de incentivar que vengan otras. Por otro lado, tenemos la lucha contra el turismo de los mismos «iluminados» de siempre junto con las dificultades que se van poniendo, día tras día, para poder aparcar en la ciudad. Todo esto conforman el coctel perfecto para, poco a poco, ir terminando con los negocios de nuestra ciudad sin necesidad de echarle las culpas a un virus, que lo único que ha venido es a adelantar el fin de muchos de nuestros comercios locales.

No es necesario escudarse en el Covid 19 para darse cuenta que el cierre de estos negocios, tarde o temprano, llegaría ante un equipo de gobierno local que lo único que ha hecho desde que tomo el poder, junto con la anuencia del PSOE local, ha sido intentar acabar con el entramado empresarial de la ciudad y crear una red clientelar de paguitas y subvenciones.

Cuando los que ahora gobiernan en la ciudad dejen la vara de mando, cosa que espero que sea antes que tarde, y dejen a la ciudad como los «zorros», volverán a coger el megáfono y a gritar contra los que estén en San Juan de Dios para que arreglen la ciudad, sin recordar que de los polvos de sus mandatos vienen los lodos que cada día ahogan más a nuestra ciudad.

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