Opinión
La cuadrilla del Despojado: una familia
El gran secreto de esta cuadrilla, además del trabajo realizado previamente, es la camaradería existente entre todos los que la formamos
Muchas veces me preguntan que por qué salgo cargando. Que qué me lleva a meterme en ese pozo, a realizar ese esfuerzo y aguantar el sufrimiento de los kilos sobre el hombro. La respuesta es bien clara. A parte de la devoción a una Imagen, ... a nuestras tradiciones, son cosas como las que viví el pasado Domingo de Ramos las que me llevan a seguir metiéndome debajo de las caídas de un paso.
El domingo tuve el honor y el placer de forma parte por primera vez, y espero que no la última, de la cuadrilla de Nuestro Padre Jesús del Amor despojado de sus vestiduras. La experiencia vivida fue inolvidable. Se trabajó mucho debajo del Señor pero también disfruté como nunca lo había hecho.
El gran secreto de esta cuadrilla, además del trabajo realizado previamente, es la camaradería existente entre todos los que la formamos. En realidad, más que una cuadrilla, es una gran familia. A la hora de meternos debajo del paso, de arrimar el hombro al palo, de tirar para arriba, el gran secreto es que se mira por el compañero, se trabaja con la idea de aliviar también el esfuerzo del que se lleva al lado.
El trabajo, el compañerismo junto al amor y devoción al Señor que tallara Romero Zafra es el menjunje perfecto para poder estar tantas horas en la calle. Salir desde Salesianos y regresar once horas después realizando un magnífico trabajo sólo se puede hacer si se dan esos requisitos.
Dentro del paso llevamos al mejor director de orquesta que se puede tener para este trabajo, mi Antonio, una cabeza privilegiada para llevar las marchas y tenernos metidos en la pelea. Compañeros como Luis, Esteban, Rubén, Agustín, Pablo, Ceballos, Rodrigo, Kevin, Iván… etc son parte de las más de cien almas que el Domingo de Ramos se conjuran para que el Señor del Amor desfile por las calles de nuestra ciudad de la forma que lo hace, es decir, magníficamente.
Fuera llevamos el mejor grupo de capataces que podíamos tener, personas que durante todo el recorrido van metido en el oficio de hacer que el paso ande sin problemas. Joaquín, Manu, Fofi, Diego, Juanma los que se dejan fuera la voz mandando al paso. Siendo los ojos que nos guían a los que vamos debajo, los que van al cuidado de que el paso camine por las calles de Cádiz sin problema alguno, de solucionar cuantos inconvenientes puedan surgir durante el recorrido, de tenerlo todo preparado previamente para que el trabajo sea efectivo y cómodo para los que vamos debajo del Titular.
¿Qué por qué salgo cargando? Porque hay veces que encuentras debajo del paso a grandes familias que te acogen sin problema, que te dan tu sitio, donde sigues aprendiendo y disfrutando del esfuerzo que conlleva portar sobre los hombros tantos kilos como los que caen durante todo el recorrido.
Habrá en Cádiz cuadrillas que se ajusten más al gusto de «cadi, cadi», habrá quien golpee las horquillas contra el suelo con más fuerza, habrá hasta las que hagan ‘yenkas’ o vayan más de «balcón a balcón», pero lo que no se puede negar es que el oficio y el trabajo de esta cuadrilla a la hora de preparar la salida no tiene comparación con la inmensa mayoría de las que salen en Cádiz. Ya te podrá gustar más o menos la forma de andar pero con no ir a verla es suficiente.
Así que, Joaqui, da el primero, que ya estamos preparados para el 2023…