Un cartel para sacar los colores
La realidad es que el cartel elegido no deja de ser una caricatura de lo que es la fiesta de verdad
La verdad es que creo que nadie en la ciudad dudaba que el cartel que el ayuntamiento elegiría para anunciar las fiestas típicas carnavalescas y estivales sería el que al final han escogido. También, y solo hacía falta darse una vuelta por las redes sociales ... para comprobarlo, se sabía que no era el favorito de la gente. En todas, o casi todas, las votaciones no oficiales las que se mostraba como ganador fue el que, al final, salió como vencedor pero que luego fue descalificado por no cumplir la autora el requisito de la edad mínima para concursar. Y es que el premio de 6.000 euros no se le puede dar a una menor, porque eso es lo que se ha embolsado el creador del cartel ganador, seis mil euros por pintar un cartel con un tío en bañador, con una toalla a manera de capa, unas gafas enormes y dos coloretes.
Que no digo yo que ese cartel no lo valga, Dios me libre. En el mundo del arte y, sobre todo, en el de la pintura, no hay quien pueda llegar a valorar lo que cuesta una obra o un cuadro. Hay pinturas que, quizás, no las tuviera ni en el pasillo de mi casa pero que se subastan por una millonada en Christie’s. Pero si ese dinero que se paga sale de las arcas municipales ahí ya hay que ponerse un poco más serio. Para mi entender, este cuadro ganador no es el mejor de los que había para anunciar una fiesta como es el carnaval de Cádiz, aun cuando no sea en su fecha habitual. Esta fiesta local engloba mucho más que una persona disfrazada con una toalla y dos coloretes en una playa de la ciudad. Entiendo que pueda aunar la fiesta y la playa, propia de la fecha, y que invite al que viene de afuera a ir a estas, pero es que el Carnaval en sí mismo es mucho más y eso es lo que debe de transmitir ese cartel.
La realidad es que el cartel elegido no deja de ser una caricatura de lo que es la fiesta de verdad. Es una manifestación, que lejos de representar una fiesta tan importante para la ciudad, un poco sesgada de lo que es el Carnaval de la ciudad. Un cartel que sigue manteniéndonos el cartelito de ser un pueblo de cachondeo, jocoso, sin demostrar la importancia de una fiesta que forma parte de la idiosincrasia particular de la ciudad. Una manifestación cultural de un pueblo que siempre ha usado el carnaval para luchar, denunciar, criticar las cosas que no les gusta y que aquí queda resumido en una toalla-capa, unas gafas absurdas y unos coloretes pintados.
Entiendo que, por más que le guste al equipo de Gobierno, este debe de hacer un esfuerzo mayor a la hora de elegir los carteles de las fiestas de la ciudad. No se puede permitir desde el Ayuntamiento que los carteles, los pregoneros y los actos que se organizan durante el carnaval sean los propios de un carnaval de pueblo, con todos mis respetos a los pueblos que muchas veces tienen mejores cosas que el nuestro.
La verdad es que el alcalde y su equipo han convertido el carnaval de nuestra ciudad en la sombra de lo que alguna vez llegó a ser. Una fiesta típica burda, llena de amiguismo en el concurso y muy lejana de ser una fiesta de reconocimiento internacional y de lo que se pretendía con ella.
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