Opinión

Un carnaval apático e insulso

Nuestro Ayuntamiento ha querido experimentar con nuestra fiesta más típica y genuina, creando una aberración de carnaval

Como siempre se suele decir los experimentos es mejor hacerlos con casera porque así el resultado es menos peligroso. En este caso nuestro ayuntamiento ha querido experimentar con nuestra fiesta más típica y genuina, creando una aberración de carnaval ajeno y alejado a lo que ... esa fiesta en realidad es.

Habiendo pasado únicamente la mitad de dicha fiestas el resultado no puede ser más desastroso y todo ello por culpa de la cabezonería de los que se creen en posesión de la verdad absoluta: Kichi y los suyos.

Y es que ¿se imaginan ustedes celebrar San Fermín en noviembre? O ¿que la Navidad se celebrara en marzo? Sería un despropósito total porque las celebraciones tienen sus fechas, ya no solo marcadas en el calendario sino en el interior de cada persona. El carnaval en junio no permite lo que estamos acostumbrados a hacer en febrero, como salir por la mañana o a media tarde a escuchar a las agrupaciones en los tablaos, porque te asas de calor estando a pleno sol en una de nuestras plazas, escuchar coros en la plaza desde por la mañana, porque hay otros alicientes en la ciudad como acudir a la playa.

Ya se vio hace poco cuando las Fallas de Valencia la movieron de fechas y fue un absoluto desastre. Lo dice el refrán «cuando las barbas de tu vecino veas pelar, echa las tuyas a remojar» y eso nos ha pasado, que no quisimos ver lo que les pasaba a otras localidades que habían movido sus fiestas de fecha.

Esto ha sido, o está siendo, un golpe de realidad. Ni los propios gaditanos estamos interesados en una fiesta que no es la que toca en el calendario. No deja de ser una bofetada para todos aquellos chovinistas que pensaban que como el carnaval de Cádiz ninguno y se han encontrado con calles vacías, plazas en las que los coristas podían bajarse de la batea y dar las gracias uno a uno a los que allí se encontraban. Una fiesta que no ha sido capaz ni de superar en ocupación hotelera a Jerez y eso que nosotros estábamos de fiestas y Jerez ya había terminado su feria.

Una ciudad que se queja de la invasión de turistas pero que ha dejado claro que si no fuera en parte por ellos la fiesta más típica de la ciudad se encuentra vacía. Hosteleros que han visto como las mercancías con las que se pertrecharon para afrontar un fin de semana de carnaval se les queda en los almacenes y no saben cuándo podrán consumirlas. Y así todo en esta bendita tierra, en la que nos pintamos un colorete, aunque no sea la fecha oportuna, y sonreímos una vez más a la decadencia a la que nos están llevando los que deberían de sacarnos de ella.

Que nos partimos la garganta ahora por junio pero para lanzar “petardazos” al aire que no sirven más que para arrancar unos aplausos que a los cinco minutos se han quedado en el olvido. Como para olvidar fue una vez más el pregón, o quizás la pregonera, que demostró una vez más que eso de pregonar el carnaval se le queda muy grandes a muchas personas. India Martínez cantará estupendamente pero lo que es pregonar… Me da que no. Demasiado evidente que el pregón se lo habían escrito y que no lo había leído más de dos veces porque no se puede ser más apática a la hora de declamarlo, apática como la fiesta que estamos teniendo.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios