La Voz de Cádiz - El Apunte

Abuso contra la buena fe

La gran estafa por bajas médicas falsas ataca a lo más solidario del sistema

La Voz

Resultan más dolorosos los engaños –presuntos en este caso– cuando se producen a costa de la buena fe de otras personas o, como sucede aquí, de todo un sistema administrativo. Las bajas por enfermedad, las prestaciones de aseguradoras en caso de dolencia o accidente están creadas para asistir económicamente a personas que atraviesan por un problema de salud y no pueden ganarse la vida de forma convencional durante cierto tiempo. Que ese tipo de dispositivos de administraciones y empresas sea utilizado para enriquecerse por un posible delincuente o por decenas de personas que quieren ganarse un dinero extra forma parte de esta categoría de faltas especialmente dolorosas.

En este caso, se trata de un experto en la materia, que había trabajado en el sector y conocía sus fisuras. Las usó durante años para sacar hasta un millón y medio de euros a seis compañías distintas. Habría conseguido obtener más de 300 indemnizaciones de distinta cuantía por la simulación de lesiones que provocaban una baja por incapacidad temporal y que nunca existieron, eran falsas.

Lo más triste del caso es que el supuesto autor de la estafa millonaria habría contado con la colaboración de decenas de personas que se prestaron al engaño a cambio de una cierta cantidad de dinero, de unos pocos miles de euros en la mayoría de los casos, tras fingir fracturas, apendicitis y hasta embarazos de alto riesgo. Ahora, el cabecilla y otras 143 personas están denunciadas, han sido detenidas y permanecen en libertad con cargos. Para bochorno de sus vecinos, 140 de ellos son vecinos de la provincia de Cádiz, aunque la red alcanzó a otras zonas como Granada, Alicante, Mallorca y Sevilla.

La investigación se ha prolongado durante más de tres años y ha confirmado que la administración de Justicia y la de Salud saben velar por los intereses de los ciudadanos. Porque lo peor del caso es que este dinero birlado a la administración, millón y medio, es un dinero robado a todos los ciudadanos que sí necesitan ese fondo para sostener sus economías en casos de enfermedad, accidente o cualquier circunstancia que les provoque una baja laboral.

Las cifras son llamativas pero el final ha sido satisfactorio. Los que abusan de la buena fe de todos, lo pagan.

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