Opinión
El eje de abscisa
En un sistema cartesiano la abscisa es la coordenada horizontal y la ordenada es la coordenada vertical
En un sistema cartesiano la abscisa es la coordenada horizontal y la ordenada es la coordenada vertical. Desde siempre y en lo que a la política se refiere, el eje de abscisa ha sido utilizado para representar gráficamente la distancia ideológica entre los diferentes partidos. ... El punto medio o punto equidistante es aquel que se encuentra a la misma distancia de cualquiera otros dos puntos o extremos, ya sean puntos o segmentos. De tal forma que de manera gráfica podemos calificar las diferentes opciones electorales.
El eje de abscisa representa la distancia ideológica entre partidos que compiten en el proceso electoral. Desde el extremo del eje en la izquierda al otro extremo en la derecha: PODEMOS, PSOE, C’s, PP y VOX.
El eje de ordenadas representa en nuestro análisis la fuerza de las opciones centrípetas y centrífugas, relacionadas con las opciones políticas que defienden la opción identificada con la unidad de la nación española y los nacionalismos periféricos que, desde finales del siglo XIX, se erigen como movimientos nacionalistas centrífugos, con el objetivo de conformar identidades nacionales alternativas. Además de los partidos de ámbito nacional que defienden la integridad territorial española, están los nacionalistas cuya pretensión es la segregación y acabar con lo que conocemos por España y la nación española, entre los que se encuentran PNV, Bilduetarras, ERC, PdeCAT y BNG.
Hoy, nuestro sistema de partidos políticos debe ser calificado como “pluralismo polarizado”. Existe un dualismo de tendencias políticas: la izquierda y la derecha. Defensores de la nación española y su integridad territorial y los nacionalistas-independentistas que pretenden la ruptura. De ahí que autocalificarse como partido de centro no es posible. Lo que sí lo es, es decir que un determinado partido tiende al centro. En la ciencia política, el análisis de los sistemas de partidos de pluralismo polarizado, normalmente utilizan entre 5 o 6 partidos importantes, desechándose aquellos sin pretensiones, ni posibilidades de alcanzar el gobierno de la nación. Sin embargo, en España la Ley electoral se fundamenta en una grave disfunción, consistente en que posibilita que los partidos nacionalistas-independentistas tengan habitualmente en sus manos la gobernabilidad del Estado. Desde el año 1985 fecha de su promulgación, con el acuerdo de los dos grandes partidos PP y PSOE, ha beneficia a ellos en su condición de grandes partidos, perjudicando a los pequeños. Aunque la Constitución habla de "representación proporcional", en realidad es francamente desproporcionado: ni se ajustan los escaños a los votos, ni se defiende el orden que los votantes otorgan a los partidos. Y para colmo, dada la tendencia a la polarización del voto, el sistema otorga un plus a los partidos nacionalistas, fuertes en sus demarcaciones que se corresponden con las CC. AA, que suelen tener la llave para la formación de gobiernos y la aprobación de la LPGE. O sea, el enemigo en casa y con el expreso consentimiento de los dos partidos que auspiciaron su aprobación. La ley electoral beneficia a aquellos partidos que tienen mucha presencia en pocas provincias, como es el caso de los partidos nacionalistas, mientras que perjudica a los partidos cuya presencia está dispersa en muchas provincias, siendo ello el motivo por el que se apele en campaña electoral al “voto útil”.
Ajustemos el análisis a las coordenadas cartesianas. Hagamos un breve inciso con la opción “de centro de C’s”. Se definió cuando nació como socialdemócrata y en 2017 poniendo como ejemplos los proyectos centristas a la UCD de Suárez, el PSOE de Felipe González y el PP de José María Aznar, “transitó al liberalismo”. Pues bien, en realidad hizo un viaje “sin ir a ninguna parte”. Giró, saltó y cayó donde estaba. Se abrazaba al liberalismo de Rawls. Se trataba de abrazar los principios de su “Teoría de la Justicia” del filósofo-político estadounidense. Se reabría el debate liberal-comunitarista de los años 70, en torno a la cuestión de “cuanta comunidad precisa una democracia liberal”. Rawls posibilitó compatibilizar el “liberalismo” con el acervo socialdemócrata. Sin embargo, las objeciones a su Teoría de la justicia, hizo necesario una reformulación de su propia teoría. Y ello fue plasmado en su libro sobre “el liberalismo político”. Estamos hablando pues de la llamada por “Malú’s man”, antes Rivera, de la tercera vía, que compatibiliza los presupuestos sociales de la igualdad de oportunidades con la puesta en práctica de programas propios del Estado social en un marco de libertad e igualdad. Fue la opción del canadiense Trudeau, cuando advirtió sobre el dilema proteccionismo o sociedad abierta. Libertad o protección o aranceles…C’s se alineó con las sociedades abiertas, sin restricciones comerciales y una inmigración ordenada…Para entendernos, Rawls en EE.UU es socialdemócrata, mientras que en Europa es un “liberal democrático”. De ahí la problemática cuestión terminológica, que en el fondo supuso dar un salto a ninguna parte, ya que, alineándose con el canadiense, el Atlántico hace que la misma posición política se llamen de manera diferentes en las dos orillas.
Extrapolándolo a nuestro análisis de coordenadas cartesianas, el eje de abscisa es preciso rehacerlo. PODEMOS en la extrema izquierda, PSOE en la izquierda, C’s en el centro izquierda, PP con tendencia al centro y VOX en la derecha. En el eje de ordenadas los nacionalistas independentistas en el extremo superior, PODEMOS y PSOE a medio camino del extremo superior de la ordenada, dado la concepción plurinacional del Estado y en el extremo inferior del mismo, C’s, PP y VOX que defienden la integridad territorial del Estado y el pueblo español como detentador de la soberanía nacional…Yo me quedo con Inés, cualquiera que sea su ubicación en el eje de coordenadas, porque creo en la persona por encima de las siglas.
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