50 años caminando junto a ti

Permítanme que esta columna se la dedique especialmente a mi hermano. Hoy se cumplirán 50 años de acompañar a su titular, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia. 50 años en diferentes puestos en el cortejo, desde hermano de fila a miembro de Junta pasando por el de cargador, pero sin faltar ni un año a su estación de penitencia junto a sus titulares. 50 años de salida en los que ha habido de todo. Años en los que ha disfrutado de una buena salida procesional y años en los que se ha sufrido calle tras calle. 50 años de amor y devoción hacia sus titulares de toda la vida, hacia los que desde pequeño lo vieron realizar su primera estación de penitencia haya por el año 69, cuando con apenas cuatro años se revistiera con aquella túnica de raso beige, capa negra y antifaz morado. Hoy por hoy, estos hermanos, los «manos arrugadas» que los llaman en otras localidades, son el espíritu de lo auténtico en una hermandad. Ellos están ahí al margen de modas o de novedades.

Son los que años tras años, salidas tras salidas, le enseñan a los más jóvenes que el amor hacia unos titulares no tiene edad. Que el sacrificio de salir durante varias horas a hacer publica manifestación de nuestra Fe con nuestras sagradas imágenes no entiende de estado físico sino de fuerza de corazón. Son esos hermanos que poseen la sabiduría de la experiencia que en muchas ocasiones les falta a los jóvenes que llevan poco tiempo saliendo. Son los que, en determinadas circunstancias, ponen mesura y lógica en los avatares del camino. Son los que, por más que le diga el encargado del tramo, nunca se despegaran de la presidencia para ir más cerca de su titular, de Aquel que año tras año les ha ido dando una razón más para volver al año siguiente.

A estos hermanos son a los que las hermandades les deben un especial cuidado, una atención particular, porque, en muchas ocasiones, ellos son la historia viva de la corporación y un patrimonio que excede de lo meramente recogido en los libros.

«50 años caminando junto a ti» será su lema de hoy en la salida procesional. Hoy mientras que ustedes ven a la Hermandad de la Sentencia en su transitar por las calles de Cádiz, entre sus filas habrá un miembro que estará de aniversario, de bodas de oro, tras el anonimato de un antifaz, orgulloso de ser de Sentencia y de vestir año tras año el habito de la Hermandad. Y yo iré a su lado como cuando pequeños salíamos los dos desde la Merced. Que se abran las puertas de la Merced y comience la procesión.

¡Feliz aniversario, hermano!