Opinión
1962
Sáenz de Oiza sostenía que realmente tenía 500 años de edad
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Sáenz de Oiza sostenía que realmente tenía 500 años de edad, una boutade muy propia de este personaje a quien muchos consideran el mejor arquitecto español de la segunda mitad del siglo XX que además fue excelente profesor y comunicador. Aclaraba que cuando nació en ... Cásera (Navarra) en 1918 allí se vivía como en la Edad Media, luego conoció la conquista del espacio y la revolución informática. Al recordar los años felices de mi infancia también pienso que eso discurrió en tiempos más remotos. Éramos nueve hermanos a quienes se sumaban primos y amigos, sin contar el numeroso grupo de adultos que nos rodeaban y protegían, entre ellos destacaba la figura entrañable de don Vicente, practicante presente casi todas las mañanas en la casa familiar, pues entonces todo se curaba a golpe de inyecciones, desde enfermedades comunes como anginas o sarampión hasta múltiples consecuencias de las correrías infantiles de esa época. En ausencia de juegos informáticos, televisión y polideportivos, los chavales nos entregábamos a deportes de riesgo; tales como tirarse en marcha del tranvía, saltar obstáculos imprevisibles o trepar altas tapias desconchadas; hasta jugar algo parecido al fútbol entre piedras y matojos; en verano, baños y retos en los bloques sobre el Mar de Vendaval o en las Cuevas de Marimoco. A don Vicente le gustaba terminar la jornada charlando con mi padre. Me entretenía prestar atención a sus debates que aún recuerdo, el practicante era de convicciones franquistas y mi padre más liberal; durante la batalla electoral entre Kennedy y Nixon de 1960 papá apoyaba al progresista católico, mientras a don Vicente le entusiasmaba el talante conservador de Nixon; mayor aún fue su acaloramiento contra el arzobispo de Milán Giovanni Montini cuando éste condenó la ejecución del comunista Julián Grimau por el gobierno de Franco, pero mi padre defendía la actitud humanitaria de quien iba a ser Pablo VI.
Los acontecimientos que sacudieron la primavera de 1962 animaron aquella tertulia, en abril comienza en Asturias una huelga minera, considerada por algunos historiadores como inicio del cambio político en España que coincide con el llamado “contubernio de Múnich”, un encuentro que reunió antifranquistas de derechas y de izquierdas. La huelga se fue extendiendo a otros sectores y provincias, se decreta el estado de excepción mientras que la prensa publica obligadamente una nota que minimiza el conflicto minero. A principio de junio se celebra en Múnich un insólito encuentro entre personalidades que habían luchado con el bando vencedor en la guerra civil y exiliados de todas las tendencias; por primera vez desde el final de la contienda se produce una asamblea semejante que fue impulsada por Salvador de Madariaga. El régimen controla la situación aplicando medidas represivas, mientras don Vicente vociferaba repartiendo descalificaciones de traidores y rojos para unos y otros.
Aquel año nos dejó la encantadora Marilyn Monroe y el granjero americano William Faulkner que fue Nobel de Literatura. En nuestro país se prohíbe en las radios la música moderna aunque en los guateques los jóvenes sí bailan twist. En las pantallas triunfa Marisol y se estrenan películas como “Atraco a las tres” o “La Gran Familia”; también “Los Golfos”, debut de Carlos Saura, punto de partida para el que se conocerá como Nuevo Cine Español. De ninguno de estos temas escuché hablar al practicante, quien sin embargo se deshacía en detalles acerca de la boda en Atenas entre la princesa de una monarquía que luego fue depuesta y don Juan Carlos de Borbón.
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