OPINIÓN
Una de las dos
Santamaría y Cospedal luchan con las mismas armas, que ya ni pinchan ni cortan
Dos mujeres se disputan la misma herencia y reivindican los logros de Rajoy porque creen que son suyos. Luchan con las mismas armas, que ya ni pinchan ni cortan, pero el duelo va para largo. María Dolores de Cospedal ha iniciado el combate con reproches a Soraya Sáenz de Santamaría. Quizá las dos lleven razón, pero olvidan que es indivisible y las dos quieren presidir el mismo Gobierno, mientras el declive demográfico bate su propia plusmarca porque se muere más gente de la que nace. Hace las dos cosas bastante bien, a pesar de que las hace por primera vez. El número de los que se van sin dejar señales de su paradero supera la cifra de los que se quedan y eso que llamamos 'declive demográfico' está en su mejor momento y no sabemos cuándo se acabará.
Los trámites para traer alguien nuevo a este mundo siguen siendo placenteros, pero las estadísticas dicen que la cifra de los que se van superan a los que llegan. O sea, que vamos a ser menos, pero cada vez con más mala leche. Vivir siempre ha sido una cuestión que sólo afecta a los sobrevivientes. El combate entre Cospedal y Santamaría ha dejado al PP hecho unos zorros y el desacuerdo político ha atascado la revalorización de las pensiones. Ser viejo equivale a ser pobre, pero los jóvenes lo están pasando todavía peor porque murieron sus mayores, que en gran número eran los que los mantenían. Los antepasados donde quedan bien es en los cuadros familiares. La espantada de Feijóo ha sido un ejemplo de cobardía y estos ejemplos son los más fáciles de imitar entre nosotros, quizá porque no tengamos otros a mano. Se nos ha ido de ellas sin despedirse y sin saber si están vacías o aún pueden echarnos una mano hasta que lleguen las elecciones. Que tienen que llegar.
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