Nandi Migueles - Opinión

Fin de año

Parece mentira que otro año haya pasado por delante de nuestros ojos, para algunos mejor y para otros peor

NANDI MIGUELES

Parece mentira que otro año haya pasado por delante de nuestros ojos, para algunos mejor y para otros peor. Preguntar por el balance de éste 2015, hablando me refiero siempre carnavalescamente, y responder ante un recuento positivo o negativo que aparezca en su haber, es como preguntar cada año por el día que sale la Borriquita y de qué Iglesia lo hace. Es siempre el mismo, no cambia nada. El carnaval 2015 ha sido como el de todos los años.

La cabalgata muy mediocre, los festejos en la calle anodinos, el cartel vulgar, el exorno de nuestras calles pueblerino, la organización nefasta. Tampoco hemos conseguido ser patrimonio de la humanidad una vez más y el patronato no deja entrar a asociaciones que lo piden, los premios de nuevo son los mismos, se paga como siempre, tarde y mal, los antifaces no tienen voto legalmente y pierden derechos, el protocolo solo es para algunos, las televisiones son partidistas con los mismos autores de siempre, las agrupaciones cada vez aportan menos al espectáculo y a una comparsa de chillones se le valora más que a toda una coral universitaria. Todo es lo mismo cada año, todos los años aparecen esas asambleas disidentes, formadas por un grupo de autores rebeldes defendiendo y proponiendo unos cambios extraordinarios y revolucionarios para mejorar el Concurso, que después se quedan como siempre en nada. Todos los años salen los mismos personajes en los palcos de las televisiones para comentar y mostrar ante todo Cádiz su magnífico nivel cultural y conocimientos en música, afinación y literatura. Otro año más los concursos en la calle solo sirven para cubrir el expediente de una peña o asociación con unos tablaos a la altura de una pedanía. Otro año pasado en donde se demostró que los niños no tenían cabida en nuestra fiesta grande. Los actos y programación para nuestros pequeños fueron de un nivel paupérrimo, en donde los grupos y actuaciones que cubrían dichos apartados eran de segundo o incluso tercer orden. Un año de nuevo en donde la aportación económica de nuestro ayuntamiento a la fiesta grande de la ciudad es muy ridícula comparada con la de cualquier fiesta que se precie con el mismo título de Interés Turístico e Internacional. Otro año más sin bailes de máscaras en el Falla, sin cabalgata infantil a la que tantos echamos de menos, otro año donde se elige un pregonero para nuestro carnaval con el único y gran mérito de haber nacido en Cádiz. Otro año donde la promoción de nuestra fiesta por el mundo consiste en mandar unos carteles y folletos por distintos lugares de nuestra geografía. Otro año más sin el prometido museo de carnaval. Otro año donde la política utiliza el carnaval como plataforma para convencernos a los ciudadanos con su estrategia o de corte antiguo y rancio o con la del esnobismo más absurdo e irracional. Un año de nuevo en donde las fechas se solapan tanto que nos comeremos los pestiños en los camerinos por no querer aceptar que estamos en un país laico y que no tenemos que respetar ni postrarnos ante ninguna Cuaresma, ayuno, abstinencia o periodo que se nos imponga.

En resumen si a este articulo tan solo le cambiáramos el número del año 2015 por otro año pasado nos daríamos cuenta que es más de lo mismo, que todo está inventado y que nadie quiere cambiar nada en realidad para no perder su sitio tan calentito.

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