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pincho de tortilla y caña

El legado improbable

Sánchez se rindió diez minutos antes de llegar al poder con el apoyo de los delincuentes que lo hicieron posible

Luis Herrero

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Hace un par de años, con la tramitación presupuestaria en curso, Oriol Junqueras, aún preso en Lledoners, le dijo al redactor de 'El País' que acudió a entrevistarle: «El objetivo es la independencia y caerá por su propio peso: solo hay que trabajar para convencer ... a más gente». Cuando el periodista le preguntó si la independencia no es un objetivo imposible, Junqueras respondió: «¡Una mierda! ¡Una puta mierda!». El resto de sus declaraciones fueron igualmente iluminadoras. Su razonamiento se basaba en la premisa de que todo lo que hicieron en otoño de 2017 hubiera sido irreprochable en un país normal. España no lo es. Aquí se dan palizas a los votantes, se encarcela a inocentes y se clausuran Parlamentos por el simple hecho de poner urnas.

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