El Apunte
Todos son valiosos contra el fuego
Los profesionales y los vecinos de Puerto Real dan un ejemplo de compromiso, fortaleza y valentía ante el incendio de este domingo
Puerto Real arde y las llamas se extienden por el pulmón de la Bahía. En plena ola de calor, con las temperaturas más altas del verano y una racha fuerte de viento de levante, el fuego se propagaba saltando entre los pinares de Las Canteras, La Algaida, y la flora de los Toruños y junto al hospital. Un drama que se espera no acabe en tragedia, un desastre que puede terminar en catástrofe. Porque estabilizado no significa controlado, y una ligera chispa indomable soflama cualquier incendio.
Un incendio del cual se investigan sus causas pero los indicios apuntan a que ha sido provocado. Sobre todo porque parte de dos focos separados que comienza casi a la vez. La lógica obliga a ratificar esta versión más allá de los rumores que se extienden por redes a la misma velocidad que la flama. Por ello desde las autoridades insisten en la necesidad de la colaboración ciudadana para frenar estas tropelías, para denunciar a esos salvajes delincuentes que no sólo ponen en peligro el ecosistema de la zona sino la vida de seres humanos.
Resulta difícil extraer conclusiones positivas de tragedias de tamaña envergadura, pero probablemente los peores momentos son los que sacar a relucir la condición humana. El primer aspecto a destacar es la preparación de nuestros profesionales, desde el dispositivo dirigido por Infoca hasta bomberos pasando por policías locales, nacionales, Guarda Civil, Cruz Roja, Emergencias y Protección Civil. Lo segundo, la infinita solidaridad de los vecinos de Puerto Real, que se arremangaron para establecer largas cadenas humanas y así transportar cubos de agua y dirigir las mangueras hacia los puntos incendiados. La acción en la mayoría de los casos valiente y altruista redujo la incidencia y el año del fuego. Los habitantes reaccionaron ante un fuego que se acercaba a sus viviendas y lucharon para defender su patrimonio. La unión hace la fuerza y esta tierra tiene músculo.
Superado el primer momento catárquico, de caos y espontaneidad, ahora es el tiempo de los que se preparan todo el año para afrontar este reto. La gran dificultad de los incendios es que son imprevisibles y hasta que no se sofocan el riesgo, mayor o menor, existe. Y la mejor ventaja es que estamos en buenas manos.
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