Un peligro al alcance de todos
Aumentan en los juzgados gaditanos los casos de jóvenes por un mal uso de las redes sociales

Sexo, violencia, acoso y amenazas Éstas son algunas de las consecuencias que tiene el abuso de las redes sociales entre los más jóvenes. La dependencia de las nuevas tecnologías se ha convertido en una perversa droga que mina la autoestima, cambia la personalidad y, en ... el peor de los casos, convierte a los adictos en unas personas agresivas que estallan sin motivo. No hay medida entre lo virtual y lo real; es decir, un menor puede acuchillar, como ha ocurrido esta semana en Algeciras, a otro como si estuviera disputando el papel protagonista de un videojuego de acción. El teléfono móvil forma parte de la vida de ellos y de nosotros, pero su uso es lo que diferencia a unos y a otros. Los procedimientos judiciales sobre menores que están relacionados con tipos de delitos cometidos a través de redes sociales van en ascenso y Cádiz no es ninguna excepción. Al contrario. En la provincia se registraron 50 delitos de abusos sexuales de menores en 2021, doce más que el año anterior, lo que ha llevado a los fiscales a pedir una regulación más específica sobre este asunto para poder actuar legalmente. No obstante, los expertos son partidarios de la prevención y de la formación en casa, colegios y institutos. La dependencia es uno de los primeros efectos que han tenido las redes sociales. Es habitual ver a personas enganchadas a sus dispositivos móviles en silencio, cuando están en compañía de otros amigos, en lugar de hablando, riendo, jugando o bailando. La imagen que se tiende a proyectar en redes sociales, como Instagram, se encuentra muy alejada de la realidad. Hablamos de la obsesión por el culto al cuerpo y de una imagen de perfección que puede convertirse en un factor de presión, sobre todo en el caso de las adolescentes. Claramente influyen en su identidad, teniendo en cuenta que esta etapa es determinante para encontrarse a uno mismo y definirse como persona. El daño es constante y las redes son el caldo de cultivo del 'bullying' y la homofobia. En lo que respecta a los trastornos de la conducta alimentaria, algo contra lo que se lleva ya tiempo luchando, las redes sociales no han hecho más que favorecer el aumento del número de casos de bulimia y anorexia.