El apunte
Que el único límite a la empresa sea la imaginación
Iniciativas como la de Incubazul son la prueba de que siempre es una buena idea apostar por el talento y el emprendimiento como motores de desarrollo
Hay casos de países punteros que sorprenden. Naciones que no tienen un lugar logísticamente privilegiado, ni poseen recursos atrayentes. Puede que ni siquiera dispongan de un ejército potente. Pero están siempre en la cima de los países con un mayor índice de desarrollo y cuentan ... con unos altos niveles de riqueza. La razón que suele estar detrás de ese éxito es su apuesta decidida por el talento, por el emprendimiento y por dar a quien tiene una buena idea todas las herramientas para que lleve a cabo su proyecto. Que el único límite sea la imaginación.
Es por eso importante que se lleven a cabo iniciativas como la de Incubazul, destinada a dotar a proyectos innovadores de facilidades para que puedan empezar a despegar. Las 15 startups que se incorporan a este programa de Zona Franca demuestran que queda mucho espacio para proyectos atractivos y de futuro y que las administraciones tienen el deber de hacer todo lo posible por ayudar a los emprendedores. No es una cuestión de generosidad. En una provincia como Cádiz, en la que son tan necesarias iniciativas empresariales de calado para luchar contra la eterna lacra del paro y la precariedad, se trata de una estrategia de supervivencia.
Las 15 firmas se unirán a los ocho proyectos que ya están en marcha en la Zona Franca. Contarán con un equipo de 16 mentores que les acompañarán en el proceso de ir dando forma concreta a su proyecto. Hay que recordar que el itinerario de incubación se prolonga durante cuatro meses, para dar espacio a nuevas iniciativas.
Los proyectos que han superado la criba no sólo son ilusionantes por sus posibilidades económicas, sino que además demuestran que en las nuevas generaciones existe un grado de sofisticación y compromiso con el medio ambiente admirables. Tienen un talento que hay que cuidar, que tenemos la obligación de mimar. Porque las oportunidades y el talento están ahí. Solo falta un poco de ayuda, facilitarles las alas para que en unos años, nos cuenten el cielo.
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