Un proyecto caro, complejo y necesario

Las dificultades técnicas y el incremento de su coste no deben hacer olvidar que el túnel hacia la nueva terminal de contenedores es esencial

Una vez superado el terrible golpe de la crisis sanitaria, los dos años inolvidables del impacto de la pandemia por Covid-19, es una prioridad para la economía de toda la comarca de la Bahía de Cádiz el definitivo despegue de su puerto. Tras ese ... frenazo tan duro, que paralizó el transporte internacional, el tráfico de mercancías vuelve a cobrar una tendencia al alza que sirve de motor al resto de actividades. El incremento de pasajeros, con idéntico parón por el miedo a los contagios y la erradicación de los viajes de placer, hace mucho que dejó de ser noticia. Desde 2010 crecía sin cesar y una vez superado el amargo 2020 volverá a los números deslumbrantes más pronto que tarde. Ningún puerto español ha subido, en este apartado de cruceros, más en menos tiempo. Aunque tiene reflejo moderado en la cuenta de resultados portuaria, conviene apreciar su impacto en el resto de la ciudad. A estos dos pilares recuperados hay que añadir avances estructurales, más que comerciales y financieros. Con la financiación de la nueva terminal para el tráfico de contenedores del puerto de Cádiz despejada de incógnitas hace años, el túnel que conecte la nueva superficie con el segundo puente es la pieza maestra que falta. Esta vía que pasará bajo la factoría de Navantia en la capital es la clave para la conexión del transporte con carretera y los muelles. Sin embargo, ese nexo esencial se ha quedado atrás, atascado en una reconstrucción aún pendiente, desde que quedara anegado en 2017 por filtraciones. La Autoridad Portuaria pudo anunciar ayer que ya tiene el informe técnico que diagnostica y prevé la resolución de las patologías detectadas en esta infraestructura. Eso sí, recuperarla supondrá tener que invertir 18 millones de euros más. El coste está a la altura de la complejidad y necesidad del proyecto, una conexión, colindante con el mar, de 1,2 kilómetros de longitud total, de la que 870 metros transcurren en túnel, de forma subterránea. Su primera ejecución se adjudicó hace ya ocho años pero tuvo que ser anulada tras los graves problemas técnicos de 2017, cuando ya había costado 15,8 millones de euros.

A pesar de las dificultades y de que su precio se multiplica por dos, es momento de recordar que es un nudo esencial para el futuro económico de Cádiz.

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