Los populares gaditanos ganan peso en Andalucía

La presencia de Antonio Sanz como número dos del Ejecutivo debe suponer una atención especial a una provincia estratégica y con carencias estructurales

El Partido Popular en Andalucía ha reordenado sus cuadros de mando y, sobre todo, su representación institucional para hacer frente a una situación que nunca había conocido en su historia: una mayoría absoluta en el Parlamento de Sevilla.

Dentro de ese nuevo escenario, que los ... hombres y mujeres de Juanma Moreno deben manejar con prudencia y humildad, juegan un papel importante los representantes del PP de Cádiz. A diferencia del PSOE, y no digamos de las formaciones situadas más a su izquierda, los populares lo hacen con responsabilidad, sin ruido y de una manera tranquila. Con la serenidad que da contar con un amplísimo respaldo electoral y parlamentario. Todo está atado y bien atado en un foro donde no existe la división entre familias ni grupos, entre siglas minúsculas o sectores que tienen viejas afrentas que resolver.

La prueba es que la persona que fuera mano derecha de Javier Arenas durante tantos años, el jerezano Antonio Sanz, será ahora el número dos del Gobierno autonómico bajo la influencia de Moreno Bonilla. De esta forma, une sin pretenderlo dos generaciones distintas del PP: la que intentó dar relevo político a los socialistas durante años, sin conseguirlo, y la que lo ha logrado.

Ocupará el papel que con eficiencia realizara Elías Bendodo, malagueño y ahora enrolado en la dirección estatal. Sanz aportará su propia personalidad, su perfil y su experiencia pero, sobre todo, añadirá un punto de vista gaditano a un Ejecutivo que debe velar por superar los agravios territoriales en una región tan amplia y poblada como la andaluza.

La irrupción de Antonio Sanz tiene que hacer valer que, por ejemplo, fuera responsable provincial de la formación –entre 1996 y 1999 y entre 2004 y 2006–. Como secretario regional y parlamentario andaluz fue durante muchos años la primera voz popular en el caso de los ERE fraudulentos, tristemente actualizados y uno de los encargados de tirar de la manta de los principales casos de corrupción que han salpicado a la Junta en tiempos felizmente superados.

La presencia de Ana Mestre en la Mesa del Parlamento, como vicepresidenta y junto a la sanluqueña socialista Irene García, es otra buena noticia para una tierra que siempre precisa de atención preferente por su situación estratégica y sus carencias estructurales.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios