El Apunte

El metal, otra vez obligado al diálogo

La patronal afirma que el convenio firmado hace 13 meses es insostenible y las plantillas se aferran: se impone el acercamiento

La Voz de Cádiz

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Los mayores suelen decir que el tiempo pasa a una velocidad que cuesta digerir, asimilar. Los acontecimientos se suceden a un ritmo incompatible para que nuestra limitada capacidad de análisis los ubique en su contexto exacto. En 13 meses, sólo 13, han sucedido muchas cosas ... que han modificado nuestra vida cotidiana. La crisis energética, con precios nunca conocidos, y la inflación asociada pueden ser de las más significativas. En ambos casos, aparecen ligadas a la guerra en el nordeste de Europa, a unos pasos de las fronteras de la Unión Europea. Pero esos 13 meses, sólo 13, son los que han pasado desde que Cádiz fuera escenario de una huelga salvaje para reivindicar mejoras en el convenio colectivo del sector del Metal. Aquella semana larga de disturbios y huelgas acumularon una violencia que no se veía desde los años de fuego de los astilleros, en el pasado siglo. Cierto que los violentos fueron, siempre pasa, unos pocos radicales incluso ajenos al sector y a su problemática. Oportunistas. Con todo, es incomprensible que encontraran el apoyo público del alcalde de Cádiz, José María González Santos. Pero lo trascendente es que después de aquellas escenas y palabras bochornosas llegó un acuerdo forzado que se extendió a todo 2022 y a 2023. Junto a otras mejoras y detalles más o menos técnicos incluía un 2% de subida anual que las circunstancias económicas (precios disparatados, energía por las nubes...) han complicado. Tanto que las grandes empresas y el sector auxiliar aseguran que no pueden afrontarlo y así lo han comunicado. Los sindicatos dicen que lo firmado va a misa, que no hay vuelta atrás. El resultado puede ser un daño irreversible a las empresas, más que resucitar aquellos días de conflicto. Si la rentabilidad estuviera en peligro, los trabajadores serían los primeros perjudicados. Así que parece pertinente hacer una llamada a la comprensión de los sindicatos, que se juegan tanto como los demás en esta crisis que amenaza la actividad y la competitividad. El consejero de Política Industrial y Energía de la Junta, Jorge Paradela, dice estar muy encima de la situación y prestar «enorme atención» a la negociación entre representantes de las plantillas y Federación de Empresarios. El IPC del pasado año ha dictado sentencia: la situación ha cambiado mucho y es necesaria la flexibilidad, la complicidad, la empatía de todas las partes. La interlocución «permanente» y el diálogo social al que alude Paradela son las únicas herramientas que tenemos como sociedad para no recaer en los errores.

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