El APunte
Los días más dolorosos para los más necesitados
Los comedores sociales reciben cada vez a más familias de clase media, asfixiadas por la inflación y una crisis energética desconocida
En la ciudad de Cádiz, los gruñones aguafiestas se apropiaron definitivamente del espíritu navideño. Un Ayuntamiento que siente desapego por esas tradiciones lo encerró en un baúl sin luces, adornos ni juegos y tiró la llave. A ver si alguien la encuentra el próximo mes ... de mayo, tras las elecciones municipales. Pero la pobreza de los exornos y la iluminación, del programa festivo, es una versión menor de la necesidad. Hay otra, real y absoluta, mucho más dolorosa. Es la que padecen miles de gaditanos que este año han cruzado el umbral de la pobreza. En sus hogares, cuando lo tienen, la Navidad se congela como un recuerdo del pasado; de esos tiempos mejores, cuando todos sus miembros se reunían en Nochebuena para celebrar ya sea la festividad cristiana o simplemente el motivo de sentar en la misma mesa a familiares que hacía tiempo que no se veían. Esas imágenes coloreadas del rojo pascua y adornadas de espumillón son un doloroso pasado para quien pudo disfrutarlo alguna vez y ahora solo le queda esquivar estas fechas para no ahondar más en la herida.
Debido a una inflación y a una crisis energética como no se recuerdan en varias décadas cada vez son más los que apuran las últimas reservas, los ahorros. También los que apagaron hace tiempo el frigorífico porque no hay nada que conservar. El calendario festivo que arranca este jueves (Lotería de Navidad) tendrá un protagonista inesperado, necesario y sintomático: los comedores sociales.
Aquellos que niegan la situación podrían hacer el ejercicio práctico de pasar estas próximas noches por alguno de esos recintos que velan por que nadie pase hambre. Verán que cada vez hay más familias de clase media, ajenas a lo que entendemos por exclusión o pobreza. Comprobarán que a esta provincia, a este país, le quedan pocos agujeros que apretar en su cinturón. Son demasiados los que acuden cada poco a lugares similares para recabar alimentos básicos. La experiencia podría servir para entender que las medidas del Gobierno han sido fallidas y para empatizar con los más necesitados e impedir que la masa de miseria siga creciendo en este país. En ese pozo negro de necesidad germinan la solidaridad y la empatía de tanto héroe anónimo. Los que prometen un nuevo mañana para todo un pueblo.
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