El apunte
Demagogia que se ceba con los más solidarios
Las promesas del Ayuntamiento de Cádiz de respaldar los pagos para el alquiler social han dejado en la tacada a los gaditanos que ofrecieron sus pisos
Bien es sabido, que como dijera el gran cineasta Billy Wilder, ninguna buena acción queda sin castigo. Si no, que se lo pregunten a Javier Galán y a José Fernández. Los dos tienen en común que ofrecieron sus pisos al sistema del Alquiler Social, ... consistente en que las viviendas eran rentadas a personas en riesgo de exclusión social. Éstas pagaban un pequeño porcentaje del alquiler y el Ayuntamiento completaba (o eso decía) el resto. Lo que en teoría parecía un plan sin fisuras y un ejemplo más de los desvelos del equipo de Kichi por erradicar la pobreza de la ciudad ha resultado en un gran fiasco. Sólo que en este caso las víctimas tienen nombres y apellidos: los gaditanos que renunciaron a sacar tajada del alquiler para apoyar esta iniciativa y que se han quedado con un palmo de narices.
En ambos casos, cuando los inquilinos han dejado de pagar el alquiler, el Ayuntamiento se ha desentendido y ha dejado el desahucio como única opción. (¿Recuerdan ustedes a ese Kichi recién nombrado alcalde enfrentándose a la Policía para evitar un desahucio?) El Consistorio ha dejado en la estacada a quienes, presuponiendo que las administraciones deben cumplir la palabra, participaron en un programa que suscitó una notable desconfianza entre los propietarios. El tiempo ha demostrado que los escépticos tenían razón y que el Ayuntamiento se ha desentendido de su propia iniciativa. Quizá lo más sonrojante es que el precio que se adeudaba a los propietarios no era excesivo para una administración, aunque para un ciudadano fuera una condena; el Ayuntamiento no ha pagado por falta de liquidez sino, como viene siendo la tónica general desde que las coaliciones de izquierda radical llegaron a la Alcaldía, por dejadez, por una bochornosa desidia ante los problemas de los gaditanos.
Mal le puede ir al equipo de Adelante (se presente con el candidato o candidata que se presente) si traiciona de esta manera a los pocos que fueron mostrando confianza en ellos. Una lista a la que se pueden sumar tantos colectivos ciudadanos como promesas realizadas durante las campañas electorales.