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Cádiz olvida a sus vecinos a diario en lo esencial
Mientras otras ciudades de la Bahía dedican esfuerzo a gestionar lo que les compete, el Ayuntamiento de Cádiz se diluye en debates abstractos
Cada día es una clase magistral del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz. Ofrece un curso completo, gratuito e infalible de lo que nunca debe hacerse al frente de una administración pública. Todas las energías, las actuaciones, se consagran a cambios de nombres de ... recintos, calles y avenidas, largas parrafadas retóricas, muy sentidas, sobre si el alcalde optará o no a la reelección y proclamas en internet sobre debates ajenos y lejanos. Mientras, los problemas no dejan de crecer en las calles sin que los ediles ofrezcan más que inacción y omisión, excusas y largas. Los 'sintecho' son cada vez más y los servicios municipales cada vez peores. Algunos tan esenciales como transporte público, limpieza y Policía Local presentan una problemática, un deterioro, como no se ha conocido, al menos, en lo que va de siglo en la ciudad. Kichi o sus concejales han descubierto que los problemas reales, las necesidades diarias, no se pueden arreglar con un megáfono.
En lo que le atañe, el equipo de Gobierno de Cádiz ofrece poco más que ausencia e incapacidad. En lo inalcanzable, discursos líricos sin la menor opción de llegar a la práctica. Las competencias municipales, por desgracia, se limitan en la administración española a la prestación de algunos esos servicios –eso sí, básicos– como transporte, tráfico y limpieza además de la programación cultural o lo relacionado con las fiestas. En estas áreas, su influencia es total y todas provocan un notable impacto en el ciudadano.
Podrían aprender en Cádiz del trabajo en San Fernando, Chiclana o El Puerto (con distintos signos políticos) donde al menos avanzan algunos proyectos, donde se atienden demandas vecinales que pueden parecer nimias como el cuidado, los servicios y el acceso a playas, parques y jardines. En Cádiz, siete años y pico después del relevo municipal el estado de todo, de lo mayor a lo menor, del cuidado del árbol a la recogida de la basura, es lamentable. Cualquier cortina de humo menos trabajar sobre el terreno y admitir que es su responsabilidad única, directa.
