El Apunte
Asignaturas pendientes contra el narco
Las fuerzas policiales vuelven a pedir que la ley se acompase con los nuevos modos de los traficantes si realmente se quiere que los medios sean efectivos
Más de diez mil personas han sido detenidas o están siendo investigadas por sus supuestos vínculos (o sin supuesto, en el caso de los ya condenados) con el narcotráfico. Cientos de operaciones de decenas de investigaciones cada vez más enrevesadas y costosas. Más agentes, unidades ... especiales y planes concretos. También toneladas de droga intervenidas, millones de euros y bienes decomisados... y así un buen etcétera. Es el resultado de un incremento de la fuerza policial en toda la costa gaditana en la lucha contra el narco. Sobre todo en los cuatro últimos años cuando empezaron a escocer en las retinas de las autoridades imágenes como lanchas cargadas de fardos paseándose por delante de la ley sin inmutarse. O como, una semana, sí, y otra también, estos delincuentes embestían y ponían el riesgo la vida de los agentes en las zonas más calientes.
Pero todas estas cifras, estos números, el previo, no tiene sentido si no sirven para nada. O sea, si el delincuente tal y como es engrilletado, pasa a la siguiente fase, la judicial, y no paga sus consecuencias si es que tiene que pagarlas. O si éstas son mucho menores del daño que ha podido causar o le sale a cuenta porque él y su familia ya se han enriquecido. Por ello, se sigue pidiendo que la ley se acompase a la realidad. Que se endurezca la norma como por ejemplo contra aquellos que ahora se están dedicando a surtir de combustible a las 'gomas' que esperan en alta mar para entrar a alijar a costa sin riesgos. Estos grupos, conocidos como 'petaqueros', están siendo pieza clave en la logística de las organizaciones. Sin embargo sus castigos son menores hasta que no se les relacione con lo que hacen. Y eso es difícil y más aún sin una ley específica o una norma más clara que ayude a los agentes a poder ponerles coto.
Lo mismo ocurre con la marihuana, una droga que cada vez se cultiva más en toda la provincia y cuyas incautaciones son constantes. Sin embargo, las penas a las que se enfrentan los que sacan un buen dinero de ello son más pequeñas. A pesar de que estas plantas cada vez tienen más químicos. Más daño, mayor castigo. Así se supone que es y, por tanto, debería de ser.